La competencia china obliga a Volkswagen a cerrar tres plantas
La empresa automovilística más famosa de Alemania anunció el cierre de tres fábricas en el país y la suspensión de decenas de miles de empleados. Las autoridades tomaron esta medida luego de varias semanas de tensión con los sindicatos. Esta decisión, fuertemente influenciada por la competencia china y la crisis de la industria automotriz en Europa, marca un punto de inflexión en la economía del país beneficiada históricamente por Volkswagen.
Según confirma el diario Handelsblatt, el consejo de administración del grupo elaboró un plan de ahorro de unos 4,000 millones de euros lo cual implicaba el cierre de al menos tres de las diez plantas de Volkswagen en Alemania y la suspensión de alrededor de 300 mil empleados. Además, la empresa impuso un recorte salarial del 10% y congeló los aumentos salariales para 2025 y 2026. Los recortes llegaron también a las marcas del grupo como Porsche que anunció una revisión de su red de concesionarios en China debido al desplome de la demanda.
El problema de Volkswagen es el mismo que atraviesan otras empresas: es muy costoso fabricar coches en Alemania. Esta desventaja cobra aún más relevancia teniendo en cuenta el desplazamiento del mercado a los autos eléctricos.
Por otro lado, China es el mejor cliente de la marca destinando el 40% de sus coches al país asiático. Sin embargo, el auge de los vehículos eléctricos chinos pone contra las cuerdas a la empresa alemana. Fabricantes chinos como BYD ofrece movilidad eléctrica a precios muy bajos gracias a los reducidos costos de producción. Esto provocó que Volkswagen no solo pierda clientes en China sino que además se vean afectadas sus ventas en Europa. La firma sufrió tal revés que perdió en cinco años la mitad de su valor en la bolsa.
Los recortes además provocaron un alto grado de tensión entre los trabajadores en Alemania quienes, el lunes 28 de octubre, pararon la producción durante una hora en once plantas, donde se celebraron asambleas para poner al día a los empleados sobre el estado de las negociaciones. Los sindicatos denuncian a las autoridades de descargar las consecuencias de malas decisiones empresariales sobre los hombros de sus empleados.
Para calmar las tensiones, el vocero del Gobierno alemán, Wolfgang Büchner, aseguró que Berlín mantiene un estrecho diálogo con la empresa y los representantes de los trabajadores para mantener y asegurar los puestos de trabajo de los cerca de 300 mil empleados que Volkswagen tiene en el país. Aun así, los sindicatos aseguraron que, si no se llega a un acuerdo, el 1 de diciembre iniciarán una huelga en todas las plantas alemanas, una medida que golpearía al Gobierno del canciller Olaf Scholz en su peor momento. En primer lugar, porque la economía alemana se encuentra contraída por segundo año consecutivo. Y también, porque de cara a las elecciones federales, el oficialismo continúa cayendo en las encuestas y se ubica por debajo de partidos más extremistas como Alternativa para Alemania.
Con información del sistema de Noticias Cambio 22