Un satisfactorio honor, realizar la labor con amor
Para la Maestra Ana María Ramírez Alvear; Directora de la Escuela Primaria “Mariano Matamoros” ubicada en Calle Tulipán Cubano, de la colonia Mártires de Río Blanco, en Cuernavaca Morelos; dirigir una Escuela por la mañana y atender un grupo de quinto grado en el turno vespertino; es uno de sus más agradables servicios; y la más satisfactoria gracia, que le otorgó el Creador Divino.
Es un Ser Humano con mucho talento y gran sensibilidad; no sólo despliega entrega, tierno entusiasmo y pedagógico amor, en su noble labor; sino también un alto grado de madurez y responsabilidad.
Hay quienes pensamos, y lo confirman diversos testimonios; que el origen determina los destinos; la Maestra Ana María Ramírez, es egresada de la Escuela Normal Rural, “Emiliano Zapata Salazar”; y la mayoría de sus egresadas, fueron forjadas para enseñar; y desde las aulas, las injusticias enfrentar.
Me refirió que su primera experiencia profesional la realizó en la comunidad mexiquense de San Juan Xoconusco, del Municipio de Ixtapan del Oro; era, y supongo sigue siendo, una población autóctona Mazahua; donde la mitad de sus alumnos sólo dominaban su lengua materna, el Náhuatl.
Frente a tan singular desafío, se vio en la necesidad de apoyarse en aquellos alumnos que dominaban las dos lenguas; para que le sirvieran de intérpretes frente al resto de sus estudiantes; para avanzar juntos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Fue sin duda una experiencia educativa extraordinaria; se regían en dicha comunidad con el reloj natural; al carecer de luz eléctrica, la salida del sol indicaba el amanecer y el inicio de actividades; y al ocultarse, era momento de descansar y olvidarse de buscar lugares nocturnos donde presumir vanidades.
En esa inolvidable Comunidad Mazahua, deleitó su paladar con leche recién ordeñada; en su mesa siempre tenía aguacates, duraznos y frutas diversas de temporada, frescas y recién cortadas.
Cuando refiere su venturoso pasado; se percata del contraste en las costumbres y valores practicados en las provincias y las ciudades; sin duda es desigual: en la provincia tanto los alumnos como sus padres, dan muestras de mayor generosidad y solidaridad; se desprenden más fácilmente de lo material; en las ciudades, nos atrapan los antivalores del consumismo, y practicamos el egoísmo y la mezquindad.
Evoca sonriente a sus pequeños, a quienes alentaba con palabras cariñosas, con abrazos y besos; reconoce que fue una de sus etapas más felices y hermosas, tanto que, subió incluso de peso.
Cuando le notificaron de su traslado al Municipio de Valle de Bravo; sus alumnos le dieron una despedida singular: dado que su comunidad colindaba con Zitácuaro Michoacán; la llevaron caminando por hora y media para que se llenara con la belleza de la Mariposa Monarca, en su santuario del Rosario.
Su sencillez y sensibilidad le permitieron en cada amanecer; confirmar esa verdad que dejó plasmada Paulo Freire: “Nadie es tan ignorante que no tenga algo que enseñar; y nadie es tan sabio que no tenga algo nuevo que aprender”.
Permaneció un ciclo escolar en Valle de Bravo; luego fue enviada a la Comunidad de Lerma, del Municipio de Toluca y posteriormente, recibió con agrado la noticia de que sería enviada a su estado Natal, Morelos; llegó al Municipio de Temixco, luego la cambiaron a la Calera Chica de Jiutepec, después al Pueblo de Tejalpa y finalmente concursó para una Dirección y le asignaron como Centro de Trabajo, la Primaria: “Mariano Matamoros” donde actualmente se desempeña.
Su dinamismo y entusiasmo en ilimitado; muchas cosas ha gestionado: le construyeron la barda perimetral; el Tecnológico de Monterrey atendió su petición de donación de mobiliario para la biblioteca escolar; tuve ocasión de contactarla y llevarle unas conferencias para sus alumnos por parte del Centro de Integración Juvenil, Asociación Civil; y una obra de teatro infantil: “EL Príncipe feliz”.
Cuenta con el apoyo de su personal y de sus padres de familia; el ambiente escolar es de respeto y fraternidad; su corazón es noble y sin malicia; pero está en contra de los atropellos y acciones fuera de la norma; plantea con claridad sus demandas, defiende a sus compañeros, quienes la han bautizado con el sobrenombre de: “La embajadora de la justicia”.
Hago un llamado respetuoso a las autoridades superiores; para que, a la brevedad, enmienden sus errores; los trabajadores al servicio de la Educación, merecen toda su atención y consideración.
Mi admiración y cariño Maestra y Directora, Ana María Ramírez Alvear.
*IR