San Isidro Labrador, el santo de las buenas cosechas
Nos encontramos en el quinto mes del año y de acuerdo a la estación se celebra a San Isidro Labrador. Para el agricultor, el día 15 de mayo es fecha significativa, entre sus ritos y tradiciones celebran una de las fiestas más importantes del ciclo festivo entre los pueblos.
Festividad que se relaciona con la actividad agrícola. Sus padres fueron campesinos, a la edad de 10 años quedó huérfano y se empleó como peón de campo. Isidro Labrador fue un campesino conocedor de su oficio. Entre sus actividades sabía escoger las semillas, limpiar y arar la tierra, sembrar en el tiempo de acuerdo al temporal de lluvia.
De acuerdo a nuestros abuelos, el temporal de lluvia inicia con está fiesta; para quienes se dedican a trabajar la tierra en el campo, es tiempo de preparar la tierra. En Morelos, la tierra en los campos tradicionales, aún están cercados por tecorrales, algunos rodeados por arboles de zompantle o alambrados (palos y alambre). Los usos y costumbres entre los pueblos son días de bendecir la tierra.
Por ello, los campesinos comienzan a preparando sus tierras. Ellos mismos dicen, nuestra fe es de cada año, pode tener una temporada con buena lluvia para sus campos agrícolas. Desean no tener ningún inconveniente, con el clima cambiante que actualmente tenemos.
Preparar la tierra, es de gran importancia para la siembra en la región de Morelos; el tipo de suelo; el clima también, depende para el tipo de labranza. El agricultor elige su método de acuerdo a sus características, siempre y cuando a sus posibilidades; esto siempre con la intensión de conservar la tradición de sembrar sus tierras.
Puede ser de manera tradicional, arado con madera y con ayuda de dos bueyes; el arado mecánico, el tractor permite arar la tierra con mayor profundidad para ir formando los surcos y así, tenga la tierra una mejor filtración de agua.
El ciclo agrícola practica productiva y social, relacionada a los ciclos naturales con las comunidades campesinas. Sus tierras se vuelven espacios de culto, ritualidad, gratitud, sagrados que dan parte a su cultura e identidad de a cuerdo al tiempo y espacio; en nuestros días, sigue teniendo presencia como modo de vida y de sustento.
El territorio morelense, siempre ha desarrollado el ciclo agrícola, por su diversidad en su naturaleza, su clima cálido-húmedo, climas templados; los agricultores aprovechan sus tierras para la productividad, convivencia familiar y comunitaria.
La celebración importante es la Santa Misa, donde las familias campesinas llevan consigo algunas herramientas y animales de trabajo, como bueyes, burros, caballos. Estos animales son de gran utilidad en las labores del campo, incluso los adornados con flores.
Su fe les permite, por medio de la bendición las semillas, instrumentos de trabajo y animales durante las jornadas de ir al campo todo salga con bien, a partir de preparar la tierra, hasta cosechar buena siembra.