La extorsión en México
Día a día crece el delito de extorsión, de acuerdo con los datos registrados en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Publica, en los primeros 8 meses del año 2021, se registraron al menos 5,722 casos de extorsión telefónica; es decir, un 5% más que en el mismo periodo del año 2020. Cabe preguntarse ¿Qué se debe hacer para disminuir la incidencia de la extorsión en sus diversas modalidades?
El artículo 390 del Código Penal Federal lo establece como: “al que sin derecho obligue a otro a dar, hacer, dejar de hacer o tolerar algo, obteniendo un lucro para sí o para otro o causando a alguien un perjuicio patrimonial, arrojando como sanción de aplicar de dos a ocho años de prisión y de cuarenta a ciento sesenta días multa”.
Prácticamente el delito de extorsión en la mayoría de los casos, indistintamente de quien lo cometa, se encuentra ligado con redes estructuradas del crimen organizado, además se ve fortalecido el crecimiento derivado del lastre de la corrupción de algunas instituciones del estado mexicano, factor que desfavorece al fomento de la denuncia de este delito, en virtud de la desconfianza que la sociedad tiene, ya que experimenta el temor de que al salir libre el delincuente, pueda ser objeto de algún tipo de represalia.
Cuando una persona o en su caso hasta comunidades son víctimas de la extorsión, como ha pasado en algunas regiones de México, el impacto de la comisión de este delito es económico, político y psicosocial, en general afectan de manera importante el desarrollo económico de la región o del país.
En fin, nadie puede quedar exento de ser víctima del delito de extorsión tras ser amenazado y obligado a pagar un “derecho de piso”, ya que la ciudadanía ha quedado vulnerable con el crecimiento de la comisión de este delito y de la situación desbordada de violencia e inseguridad. En un Estado de derecho nadie debería de caer en el engaño telefónico de llamadas que son perpetradas por los delincuentes que se encuentran en los penales y que lamentablemente es desde donde provienen este tipo de delitos.
La extorsión es un delito de alto impacto, incluso clasificado por las propias Fiscalías de los estados. Además, el castigo debería de ser una sanción ejemplar para los que cometan esta conducta ilegal, de esta manera ayudaría a la mitigación y freno de este delito que tanto daño hace a los ciudadanos; pero, la otra parte nos corresponde a nosotros, formar a ciudadanos ejemplares y hacer con valor, en su caso, las denuncias correspondientes.