Mitos y hechos
TIROS AL AIRE. En un escenario donde la corrupción parece haber encontrado un refugio seguro, la reciente imputación de una exfuncionaria de la Coordinación del Sistema Penitenciario en Morelos por delitos de falsificación de documentos resulta casi irónica. Mientras los verdaderos maleantes, aquellos que durante el sexenio anterior se llevaron lo que quisieron y que, como si nada hubiera pasado, siguen riéndose de las autoridades, la Fiscalía Anticorrupción parece concentrar sus esfuerzos en un caso que, aunque relevante, no aborda la magnitud del problema que enfrenta el estado. La imputación de esta exfuncionaria, acusada de presentar incapacidades laborales con inconsistencias, podría interpretarse como un intento de dar la impresión de que se están tomando medidas contra la corrupción. Sin embargo, muchos ciudadanos se preguntan: ¿dónde están las acciones contundentes contra aquellos que realmente han devastado el patrimonio público? ¿Por qué la fiscalía no se enfoca en los casos más graves que han dejado a Morelos sumido en la crisis? Este tipo de acciones, que parecen más un acto de "hacer como que se hace", no logran engañar a una población que ha visto cómo se desvanecen las promesas de justicia. Es urgente que las autoridades se enfoquen en desmantelar las redes de corrupción que han operado con total impunidad, en lugar de perseguir a quienes, aunque en falta, representan solo la punta del iceberg. La ciudadanía merece una fiscalía que actúe con firmeza y que se comprometa a investigar y sancionar a los verdaderos culpables de la corrupción que ha asolado el estado.
BORREGAZO. En un mundo donde la inmediatez de la información reina, el incidente reciente de un ataque a balazos en la zona de urgencias del IMSS en Cuernavaca ha puesto de manifiesto la irresponsabilidad y falta de rigor periodístico que, lamentablemente, caracteriza a algunos medios y usuarios de redes sociales. En medio del caos y la confusión tras el tiroteo, varios "borregazos" se lanzaron a la carrera por ser los primeros en dar la noticia, difundiéndose sin verificar un video que, en realidad, correspondía a un incidente ocurrido en 2020 en Sinaloa. Este tipo de prácticas no solo confunden a la audiencia, sino que también desinforman y generan pánico innecesario en la ciudadanía. En un contexto en el que la violencia y la inseguridad son problemas latentes, es crucial que los informadores actúen con responsabilidad y ética. La difusión de contenido erróneo no solo socava la confianza en los medios, sino que también distrae la atención de la gravedad de la situación que se vive en Cuernavaca y en muchas otras partes del país.
DICEN NO, OTRA VEZ. En el marco de la búsqueda de justicia y la identificación de personas desaparecidas se ha convertido en una lucha desgastante para muchas familias, la reciente situación en Jojutla pone de manifiesto la profunda desconfianza que existe hacia las autoridades locales, en particular hacia la Fiscalía General del Estado. Mientras algunos funcionarios se apresuran a excusarse por la falta de resultados en el trabajo de identificación de cadáveres, los colectivos de buscadores de personas desaparecidas han alzado la voz, exigiendo un cambio en la dirección de los esfuerzos de exhumación. La decisión de estos colectivos de no permitir que continúen los trabajos hasta que las autoridades federales garanticen que se llevarán a cabo de manera adecuada y transparente es un claro reflejo del hartazgo acumulado. Durante años, estos grupos han enfrentado la dolorosa tarea de buscar a sus seres queridos, lidiando no solo con la angustia de la desaparición, sino también con la ineficacia y, en ocasiones, la indiferencia de las instituciones encargadas de atender estos casos. La falta de confianza en las capacidades de la fiscalía para llevar a cabo este tipo de trabajos es alarmante. No se trata solo de un asunto administrativo; estamos hablando de vidas, de familias que claman por respuestas y que merecen un proceso de identificación digno y respetuoso.
BUENAS NUEVAS. En medio de un panorama a menudo marcado por la crisis de seguridad y corrupción, es fundamental destacar las buenas noticias que también florecen en Morelos. Un ejemplo brillante de innovación y emprendimiento se encuentra en el Campus Morelos de la UNAM, donde se han creado 23 empresas de base tecnológica. Este logro no solo refleja el talento y la creatividad de académicos y estudiantes, sino que también representa un paso significativo hacia la transformación de investigaciones científicas en negocios exitosos. La capacidad de estos jóvenes emprendedores para desarrollar productos innovadores que responden a las necesidades del mercado es un testimonio del potencial que tiene la educación superior en el país. Además, el hecho de que estas iniciativas estén generando ingresos para la universidad y, lo que es más importante, oportunidades de empleo altamente cualificado, es una noticia alentadora para la región y un claro indicativo de que el futuro puede ser más prometedor. El apoyo de fondos privados como GridX es crucial en este proceso, y su reciente compromiso de inversión en tres nuevas start-ups —Bioplastix, Microin y Scitherm— asociadas al Instituto de Biotecnología de la UNAM, subraya la importancia de la colaboración entre el sector académico y el empresarial. Esta sinergia no solo potencia la capacidad de innovación, sino que también contribuye al desarrollo económico y social de Morelos.