La Comuna De Morelos
Con motivo de las Olimpíadas en París hagamos un memorioso recuerdo de la experiencia comunitaria que dejó impacto sociohistórico en la búsqueda sincera y humanista de una organización social que se proponía hacer Justicia para todos. Me refiero a La Comuna de París, una prueba histórica de la necesidad de organizar nuestras colectividades para convertirlas en comunidades. Hay una diferencia que merece ser explicada.
Lo común pertenece a todos y a ninguno. De ahí derivamos Comunidad, Comunicación, Comunión…y, no se escandalicen por favor, Comunismo. Lo menciono a propósito porque mucha gente amable y no tanto, tiende a persignarse cada vez que se topa con este concepto sin tener la menor idea.
Una mi amiga, ahora ex, lo hacía con estridencia propia de fanatismos recalcitrantes. Tal vez, intuyo, obedeciendo creencias de su devoción trasnochada gracias a una doctrina Neopentecostal que la encandiló por completo. Justo la orientación del Rvdo. P. Onésimo Cepeda, Cura de Sta, Catarina en Buena Vista, y después Obispo de Ecatepec, que en gloria esté.
Aprovecho para denunciar a algunos Reverendos sacerdotes cuyas homilías, plagadas de mentiras fruto de su ignorancia, escandalizan a su feligresía sembrando fanatismos incomprensibles. Hablan del demonio comunista y otras zarandajas. El cristiano es un ser pensante, libre, que no alberga temores medievales de infiernos patrañosos y diablos cuernudos.
La Comuna de París en 1871 instaló su autogobierno durante 72 días creando la Educación Pública obligatoria que no existía. La tercera parte de los niños asistían a colegios católicos privados, el resto tenía que trabajar. “En lugar de enseñarles el catecismo les enseñaremos el alfabeto de los Derechos Humanos”. Esas escuelas se pusieron en los lugares más pobres. Todos tenemos la misma inteligencia, los sexos son perfectamente iguales en términos de inteligencia. Una condición de la Educación es emanciparse, fomentar el pensamiento crítico, la creatividad, el desarrollo afectivo y el trabajo colaborativo. Una actitud emancipadora no para reproducir el capitalismo.
Ahora pervierten el sentido prístino del objetivo de la Educación. La Comuna unificó el trabajo manual con el intelectual, el campo con la ciudad y entendió la Igualdad como condición de la Revolución, no como su resultado. Y es que Trabajar en Comunidad siempre da resultados extraordinarios, precisamente como dice Don Moacyr Grechi, Obispo de la Selva con un Lema africano: “Gente sencilla haciendo cosas pequeñas en lugares poco importantes, UNIDAS, hacen cosas extraordinarias”. El Tequio de nuestras comunidades indígenas es un ejemplo virtuoso.
La Internacional fue el Himno de esta organización. Aquellos que nos tachan de globalifóbicos, como alguna vez dijo el pluscuamperfecto Ernesto Zedillo, están rotundamente equivocados. Los reaccionarios de Derecha quieren una Globalización manejada por los intereses de las grandes corporaciones. Nosotros queremos e impulsamos la materialización de una Mundialización distinta, orientada por los intereses de las grandes mayorías.
Todo movimiento popular y progresista, afirma Noam Chomsky, ha tenido como objetivo formar un Movimiento de Solidaridad e interacción internacional. El ejemplo es el Foro Social Mundial que no es una iniciativa contra la Globalización, nadie en el altermundismo está contra ella. Precisamente el movimiento obrero comenzó su existencia moderna impulsando la formación de una Internacional de los Trabajadores.
Se trata de radicalizar la Globalización de universalizarla. No a una Globalización homogeneizadora, excluyente, no gobernable, no sostenible. Desde abajo, desde adentro, abierta, interdependiente. Apuesta del futuro. Reivindicar la Democracia como el movimiento de los sin-parte, de los excluidos.
La Izquierda está más que obligada a ser eficiente en la radical transformación de este sistema perverso. Al mostrar que su testimonio es en serio tiene que contar con sus militantes más comprometidos, justamente aquellos -mujeres y hombres- que han conservado la Coherencia sin tapujos, sin ambiciones personales, sin arreglos pragmáticos que buscan moderar decisiones para no asustar a la clase dominante empresarial.
Nuestro Estado, Morelos, ha sido marginado. Hemos padecido gobernantes frívolos, distantes del pueblo, corruptos, cómplices de la delincuencia, repetidores de vicios y de hábitos que nos han perjudicado. No hemos visto mejoría, ni progreso, ni crecimiento, menos Desarrollo. Ya no tenemos por qué hacer concesiones.
Pensar en edificar una Comuna Morelense no es un sueño ideal, es una meta posible… y probable. Organizar la esperanza. ¿Podremos…?