Huitzilac llora
La violencia que azota al municipio de Huitzilac en Morelos es una realidad que ha venido creciendo de manera alarmante en los últimos años. Los constantes hechos de violencia que se han registrado en la zona, como los recientes asesinatos de 10 personas en menos de 72 horas, son una muestra clara de la grave problemática que enfrenta esta comunidad.
Las condiciones económicas y productivas precarias en las que se encuentran los habitantes de Huitzilac han llevado a que muchos de ellos se vean obligados a trabajar en actividades ilícitas, lo cual ha contribuido a que la violencia se haya enraizado en la región. La falta de oportunidades y de apoyo por parte de las autoridades ha permitido que grupos delictivos operen con impunidad en la zona.
A pesar de que Huitzilac es una de las puertas de acceso al estado de Morelos, la situación de violencia que se vive en el municipio parece no ser una prioridad para los gobiernos estatal y federal. La falta de coordinación y de estrategias efectivas por parte de las autoridades ha permitido que la violencia siga cobrando vidas en la región.
El Mando Coordinado, implementado en varios municipios de Morelos, incluido Huitzilac, no ha logrado contener la ola de violencia que azota la zona. A pesar de los esfuerzos de las autoridades locales, la situación sigue empeorando y la comunidad se encuentra desesperada por una solución.
El edil Rafael Vargas se encuentra en una situación complicada, ya que la violencia en su municipio ha rebasado las capacidades de las autoridades locales. Es urgente que se tomen medidas efectivas para atacar las causas profundas de la violencia en Huitzilac y brindar apoyo a la comunidad afectada.
Es necesario que las autoridades de los tres niveles de gobierno se comprometan a trabajar de manera coordinada para combatir la violencia en Huitzilac y brindar soluciones a largo plazo para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. La comunidad de Huitzilac no puede seguir viviendo en medio del miedo y la violencia, es momento de actuar y poner fin a esta grave problemática. Es en casos como este cuando los presidentes se vuelven a preguntar si de algo les ha servido estar en el mando coordinado.