Morelos, anfitrión del mundo... criminal
Si el Vicealmirante José Antonio Ortiz Guarneros tuviera vergüenza, ya hubiera presentado su renuncia en lugar de seguir dando pretextos ante los resultados negativos de su gestión, al frente de la Coordinación Estatal de Seguridad (CES).
Si Cuauhtémoc Blanco asumiera su responsabilidad como gobernador, ya le hubiera exigido la renuncia a Ortiz Guarneros, pero prefiere que siga la ola de violencia y los multihomicidios que incumplir acuerdos, complicidades o en el peor de los casos una terrible negligencia.
¿Y por qué en el peor de los casos negligencia? Porque sino le interesan los cientos de muertes que han habido en su mandato, menos le interesaría la educación, salud, economía, etcétera, etcétera.
Es cierto que los gobiernos anteriores, en particular el de Graco Ramírez, hicieron poco para atender la violencia, pero también lo es que la actual administración lo hace peor.
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Hace una semana Ortiz Gaurneros declaró: “De nada sirve pedir que la estrategia de seguridad cambie sino hay con qué hacer frente”. Y es cierto, no hay con qué hacer frente al crimen organizado, empezando por él.
El titular de la CES justifica sobre la falta de policías en la entidad: “nadie quiere arriesgar su vida por 8 mil pesos mensuales”. Por su parte, Cuauhtémoc Blanco también declaró hace unos días: “Me da tristeza porque hasta por 3 mil pesos estos delincuentes asesinan a cualquiera”.
Estos argumentos son ciertos, pero qué han hecho al respecto, sin no son ellos los que deben cambiar las condiciones, entonces quién. ¿Culpar al Congreso o a Graco Ramírez?
Que le rinda cuentas su secretaría de Economía, Ana Cecilia Rodríguez, por no generar las condiciones para tener trabajos dignos y mejor pagados.
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En sus palabras, el gobernador de Morelos también descalifica la estrategia federal como la entrega de becas, pensiones y diversos apoyos, a eso que López Obrador le llama atender las causas de la violencia.
Qué tan mal está Morelos que una persona puede arrebatarle la vida a otra por 3 mil pesos, más que darle tristeza al gobernador debería darle vergüenza o por lo menos hacerlo reflexionar.
Los recursos nunca alcanzan para atender las necesidades de la población, eso es bien sabido, pero es cuestionable cómo administran el "poco" dinero para la entidad.
Como ejemplo, César Martínez, reportero de Reforma publicó una nota el pasado 2 de abril donde escribe: "En tres años de su administración, el Gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco (Morena-PES-PT), gastó 483 millones de pesos en comunicación social y publicidad, mientras a infraestructura para la seguridad pública le destinó apenas 15 millones de pesos", es evidente su prioridad.
Hace unos meses tanto José Antonio Ortiz Guarneros como Cuauhtémoc Blanco argumentaban que Morelos era una entidad de paso del crimen organizado y eso generaba violencia, pero también el estado de Puebla e incluso la Ciudad de México hablan de la delincuencia proveniente de la entidad morelense.
El titular del CES respecto al multihomicidio en Yecapixtla dijo: “hay un cártel que ya tiene un par de años que está resurgiendo por acá, que es el Cártel del Noreste y que está extendiendo sus acciones, pudiera ser que ya estén llegando al Oriente donde antiguamente nada más “El Vara” controlaba, ahorita creo que podría ser un enfrentamiento entre bandas”, definitivamente como dicen una cosa dicen otra.
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El hecho es que los grupos delictivos han visto en Morelos un gran nicho de oportunidades y una débil autoridad en materia de seguridad que les garantiza impunidad.
Que alguien le avise al Vicealmirante en retiro que el barco ya se le hundió y de paso a Cuauhtémoc Blanco que Morelos necesita un gobernador y no un futbolista.
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