Universidades, calma chica; el archivo del reportero
La educación superior del país está en crisis y no es reciente sino de varios años atrás. No se trata sólo de una crisis financiera que trastoca la vida institucional de las Universidades Públicas, ligada a la simulación oficial para financiarlas, sino también de una crisis política hacia interior de las mismas. Y como ejemplo tenemos a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y a la Nacional Autónoma (UNAM).
En el Alma Mater local el déficit financiero es acumulativo a por lo menos dos décadas atrás, y sin embargo, pudo resolverse en buena medida la insuficiencia de espacios para el ingreso al nivel superior, sobre todo durante la última década, sin embargo problemas políticos con el gobierno estatal y probablemente por errores en la administración interna, terminaron por agudizar una crisis que se prolonga hasta hoy, en que después de malas decisiones políticas de los sindicatos de trabajadores académicos y administrativos, así como de su rector Gustavo Urquiza, antes de las elecciones del pasado 2018, quedaron desprotegidos y todo ha sido cuesta arriba en los últimos tres años.
Ante la insuficiencia de recursos para pagar la nómina y salir de los compromisos hasta el fin de año, la UAEM no tiene más opción que buscar apoyo recurrente en la Federación, pues aquí en Morelos el gobierno del Cuaua, pasó factura a la rectoría y a los sindicatos y simplemente cerro sus arcas.
En tanto, en la UNAM a la crisis financiera se impone en estos momentos la crisis generada en los últimos años por las mafias porriles, que en muchos casos bajo el cobijo de autoridades universitarias y su uso como grupos de choque, permitieron el arraigo de células del crimen organizado en las instituciones de la máxima casa de estudios del país, algo que ha costado mucho trabajo combatir.
La violencia que desde hace por lo menos un lustro ha crecido exponencialmente en el campus universitario debió ser desde hace mucho motivo para ponerle un alto a la operación de esos grupos, pero por razones que aún no son del todo claras no se ha hecho, y la situación, que vivió su mayor crisis en la víspera de la conmemoración del 50 aniversario del movimiento estudiantil de 1968, el pasado año 2018.
Sólo la pandemia de Covid-19 forzó calma chica en la UNAM y no se dude que en los próximos meses renazca un nuevo descontento juvenil dirigido ahora no sólo hacia las autoridades civiles sino también a las propias en la rectoría. El gigante dormido vuelve a despertar y aguas…
L@s redes:Echarse un clavado en el archivo de este reportero en busca de un documento, ha sido todo un desafío. Ni duda cabe que comienzas buscando algo y terminas extrayendo del anaquel cuanta cosa de papel y tinta permanece, habrá que reconocer, con mediano orden, de la que te pones revise y revise que pronto te olvidas de lo que buscabas. Así me llevé buena parte del día de ayer y sin duda del tema que más abundan escritos es sobre temas educativos y del magisterio, a propósito del ya cercano 15 de mayo y de la situación política y sindical que guardan los trabajadores de la educación. Entre los documentos que hicieron volver a la memoria de este escribano figuran los muchos que surgieron del movimiento magisterial del año 2008, aquel que convulsionó al estado, paró las escuelas, movilizó masas y a punto estuvo de constarle el cargo al ex gobernador Marco Adame Castillo; el mismo que por cierto concluyó un año después con la reinstalación de casi medio centenar de docentes que, durante el transcurso del conflicto fueron cesados. En fin que, aquel documento que ando buscando no aparece y en cambio, otros muchos quedaron expuestos nuevamente, veremos…
*IR