Los ríos y su saneamiento, compromiso de todos

Opinión

El saneamiento básico es un conjunto de servicios de infraestructura que incluye el abastecimiento de agua, alcantarillado sanitario, aseo urbano y manejo de residuos sólidos y drenaje de agua de lluvia.

Este es un asunto de interés público, ya que impacta directamente en la vida de todas las personas y en el desarrollo socioeconómico del Estado. 

Las actividades que engloban este servicio son fundamentales para la prevención de enfermedades, la reducción de la mortalidad infantil, la mejora de la educación y las tasas de empleo, la preservación del medio ambiente, la expansión del turismo, etc.  

A pesar de esto, nuestro estado aún tiene un largo camino por recorrer en esta área. Este avance implica grandes inversiones públicas y privadas en el sector, acciones de los gobiernos federal, estatal y municipales para priorizar el tema, así como la participación de la población en el consumo consciente y el buen funcionamiento de los sistemas.

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El saneamiento, aunque básico, es un tema complejo, que impacta en varios ámbitos de la sociedad. Un ejemplo es la relación entre el saneamiento básico y el medio ambiente, que es fundamental para el bienestar y la calidad de vida

Además, varias actividades forman parte de este servicio, el cual debe estar garantizado por ley e involucra la participación de varios organismos públicos reguladores.

En cuanto a los ríos, surge la pregunta si es posible limpiar sus aguas por completo. Esta es una pregunta que muchos se hacen. Se sabe que la mayor parte de lo que llamamos contaminación de los ríos proviene de las descargas irregulares de aguas residuales y la disposición inadecuada de los desechos sólidos. Por lo tanto, la ampliación del acceso a los servicios de infraestructura, la inspección constante y las acciones de educación ambiental en las comunidades pueden reducir considerablemente dichos impactos en los cuerpos de agua

Otros retos a los que hay que hacer frente para una descontaminación eficaz son el control de la contaminación difusa y de los procesos erosivos, en mayor o menor grado.

Ambos problemas tienen impactos significativos en los ríos y aún carecen de medidas específicas, que incluyen el control de inundaciones y la conservación y reforestación de los bosques de ribera.  

¿Es posible limpiar un río por completo? ¿Es realmente posible la descontaminación, de forma que se eliminen el total de las impurezas de los ríos?

La respuesta es sí, en gran medida es posible limpiar los ríos. En un río hay varios tipos de “impurezas”: las que resultan de la acción humana y las que son naturales. Si enumeramos las impurezas de los procesos humanos, hay una serie de tecnologías que reducen dichos efectos a niveles bastante tolerables. Sin embargo, el control de algunos de estos contaminantes, como las partículas pequeñas o algunos compuestos químicos, es muy costoso. Por tanto, el grado de inversión en el proceso de limpieza del río puede resultar en una mayor o menor efectividad.

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En cuanto a las impurezas de origen natural, forman parte del ciclo hidrológico. ¿Cuáles son las principales técnicas para limpiar los ríos y cómo funcionan? considerando los entornos urbanos y su estructura, un ciclo de saneamiento que funcione con calidad y eficiencia sería capaz de sanear las aguas de los ríos.

Esto significa recolectar, remover y tratar las aguas servidas, asegurar el buen funcionamiento de las redes de drenaje de aguas pluviales y la correcta disposición de residuos. Sin embargo, a pesar de que tales medidas son cruciales para que los ríos tengan la posibilidad de fluir vivos, útiles y sanos, esa es todavía una realidad muy lejana en Morelos. 

Pero existen algunas técnicas avanzadas para limpiar los ríos:

La técnica de flotación se puede utilizar en ríos más pequeños. Esta técnica realiza la separación físico-química de la suciedad de las sustancias vertidas al agua, como el poli electrólito y el sulfato de aluminio.  

Estas sustancias tienen un efecto coagulante, haciendo que las partículas sólidas floten. El equipo inyecta oxígeno en el fondo del río para que los fragmentos no se hundan. Se deshidrata parte de los lodos, que se devuelven a la naturaleza.  

El dragado es una técnica que, a diferencia de la flotación, se puede aplicar en ríos más grandes

Funciona de la siguiente manera: una embarcación equipada con bombas de succión retira capas de suciedad, acabando con las “placas” que se depositan en el fondo del río.  Luego, el material es recolectado y transportado, a través de tuberías, a un vertedero cercano.  

Por otra parte, la técnica de rejilla es utilizada tanto en ríos como en plantas de tratamiento. En él se insertan barandillas metálicas en la parte poco profunda del río, reteniendo materiales bastos como papel, botellas de plástico y pedazos de vidrio que son arrastrados por la lluvia.  Las rejas, con un interceptor, abren y cierran según las características físicas de los objetos que necesitan ser recluidos. Posteriormente, el material se tira a un contenedor de basura.

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Las técnicas nucleares se utilizan en embalses y estanques. Se puede usar un radioisótopo para mapear la ruta y la cantidad de contaminantes presentes en la tierra y el agua.  La radiación que emite el átomo radiactivo termina penetrando los materiales, haciéndolos fácilmente detectables por dispositivos especiales, incluso en cantidades muy pequeñas.  

Las técnicas ecológicas. Este tratamiento de agua ecológico es fácil de implementar en canales, ríos y lagos que están contaminados. Esta técnica procesa la recuperación y también transforma todo el entorno del curso, la comunidad y el entorno físico.  El sistema consiste en la instalación de jardines flotantes, es decir, islas artificiales de 110 m², las cuales están cubiertas por plantas acuáticas que filtran los contaminantes sin el uso de químicos. El coste de la descontaminación mediante esta técnica es menos de la mitad del coste de las depuradoras tradicionales, gracias a la activación e integración del entorno fluvial circundante.

Es un hecho que la descontaminación comienza con cada ciudadano, es decir, está totalmente ligada a la educación de cada uno. No estamos hablando aquí sólo de educación ambiental, sino de educación ciudadana en su conjunto.  

Al comprender los recursos y el grado de dependencia del pleno funcionamiento de los ciclos naturales, las personas se sentirán más interesadas en hacer su parte, en monitorear las políticas públicas y en denunciar las acciones disconformes. Desafortunadamente, tal grado de conciencia y participación existe en pocas partes del mundo.  

La sociedad está más atenta a la economía que a la ecología, es decir, todavía no comprendemos que tenemos una sola casa para vivir y no la cuidamos. Si alrededor del 70% de nuestro cuerpo es agua, y si no vivimos más de tres días sin consumirla, ¿cómo podemos simplemente observar su degradación?  

Es necesaria y sumamente urgente la implicación de todos a favor de la conservación del agua y la recuperación de los cursos de agua, al fin y al cabo, ¡los que conservan, la tienen! 

Finalmente, como se puede ver, es posible limpiar los ríos, sin embargo, es fundamental que todos seamos conscientes de la importancia de preservar este bien tan valioso, ya que la descontaminación solo será efectiva después de un cambio en la actitud de los ciudadanos, gobiernos y empresas hacia este importante recurso natural.