Víctimas de delito no denuncian porque no confían en las autoridades
Más de la mitad de las personas que han sido víctimas de un delito no lo denuncian porque no tienen confianza en las autoridades y, peor aún, temen ser extorsionados por ellas, revela un estudio elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
Las cifras del Instituto muestran que resulta alarmante que el 54.5 por ciento de las personas que han sido víctimas de un delito no acudan ante las instancias correspondientes a denunciar por causas atribuibles a las autoridades que, paradójicamente, son las responsables de brindar seguridad jurídica a los ciudadanos.
No es casual la pérdida de confianza en las autoridades, sobre todo porque las víctimas señalan entre las razones para no denunciar se encuentra el temor a que la propia autoridad sea la que los extorsione, lo cual implica, para desgracia de quien se ha visto afectado por la delincuencia, una doble victimización.
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Como resultado de sus investigaciones, el INEGI señala que “Se estima que en el estado de Morelos, entre las razones de las víctimas para no denunciar delitos ante las autoridades destacan la pérdida de tiempo, con 21.9 por ciento, así como la desconfianza en la autoridad con 17.8 por ciento, las cuales responden a causas atribuibles a la autoridad”.
Mientras las autoridades de seguridad, lo mismo que de persecución de los delitos y procuración de justicia exhortan a la sociedad a denunciar para dar paso al inicio de carpetas de investigación que permitan la captura de los maleantes y que no haya impunidad, el hecho es que las víctimas no lo hacen por causas atribuibles a las propias autoridades.
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El INEGI también identifica, en menor porcentaje, como otras causas para no denunciar las siguientes: por miedo a que el agresor tome represalias, pues debido a las denuncias puede obtener información de su acusador; se abstiene de iniciar una querella porque consideran que a pesar del daño, el delito es de poca importancia, o simplemente no tenía pruebas del ilícito.
No obstante, los estudios realizados por el INEGI revelan que las víctimas de la delincuencia no denuncian no sólo por temor al delincuente, sino lo más grave es que tienen miedo de que sean las propias autoridades las que los extorsionen, principalmente, lo que ha desembocado en la pérdida de confianza en las autoridades.
No es fortuita la desconfianza en las autoridades, puesto que las encuestas del INEGI han detectado que otro de los argumentos que esgrimen los afectados por un ilícito para no denunciar se debe, principalmente, a los malos tratos, así como las actitudes hostiles del personal que atiende a quienes acuden a presentar una querella.
En zonas de la región oriente de la entidad, especialmente en Cuautla, donde se ha agudizado el delito de extorsión, las familias, y muy especialmente los propietarios de negocios establecidos no denuncian solamente porque así se los exigen los delincuentes, sino porque éstos ya han actuado atentando contra sus establecimientos y no desean que el siguiente paso sea una agresión física.