Nuestros jóvenes: el blanco
La violencia en México es un tema que no se puede pasar por alto. En 2023, el INEGI reveló que 10.6 millones de hogares, lo que representa el 27.5% del total del país, experimentaron algún tipo de delito. Estas cifras son alarmantes y reflejan una realidad que afecta a millones de personas. La creciente tasa de homicidios entre jóvenes y hombres adultos es un problema que necesita atención urgente y soluciones efectivas.
Los datos del INEGI muestran que en 2023, 21.9 millones de personas mayores de 18 años fueron víctimas de delitos, con una tasa de 23,323 víctimas por cada 100,000 habitantes. La violencia no discrimina por género; las tasas de prevalencia fueron de 22,903 para mujeres y 23,817 para hombres. Sin embargo, lo más preocupante es que el homicidio se ha convertido en la principal causa de muerte entre jóvenes y hombres adultos de 15 a 44 años. En el primer trimestre de 2024, se registraron 5,178 muertes por homicidio en este grupo de edad, una cifra que ha ido en aumento a lo largo del año.
El impacto de esta violencia es devastador. En general, los homicidios son la sexta causa de muerte entre los hombres en México, con 6,287 muertes registradas. En particular, el grupo de 25 a 34 años es el más afectado, con 2,098 homicidios. Además, los jóvenes de 15 a 24 años sufren especialmente, convirtiendo los asesinatos en la principal causa de muerte en este rango de edad, una situación que contrasta con el informe de 2023, donde los accidentes ocupaban el primer lugar.
Las mujeres también enfrentan un panorama preocupante, con los homicidios situándose como la tercera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años. Esta situación revela que la violencia no solo afecta a los hombres, sino que las mujeres también son víctimas de un sistema que parece fallar en protegerlas. La reciente masacre en Jiutepec, que involucró a jóvenes con problemas de adicción, es un recordatorio de que la violencia se manifiesta de diversas maneras y que las verdaderas causas son más profundas y complejas.
La violencia que afecta a la juventud en México es una crisis que debe abordarse de inmediato. Las cifras son claras y el mensaje es el mismo: se están perdiendo vidas valiosas. Las soluciones deben ir más allá de la represión y enfocarse en la prevención, la educación y el apoyo a las comunidades. Es esencial que se escuche el grito desesperado de la sociedad: están matando a nuestros jóvenes. La vida de cada joven cuenta y se necesita un cambio real para detener este ciclo de violencia.