La Herencia
Recuerdo el coraje que sentí cuando escuché por primera vez a Trump en su narrativa: -“…viejo racista, ridículo y payaso…”- pensé.
Yo, sinceramente, no pude entender cómo cualquier persona podría apoyarlo. Pero el día que ganó, pienso que además de enojarme o entristecerme, madure políticamente.
Hoy, estoy seguro, que no podría existir un Obrador, Milei o Maduro sin Trump. Porque a pesar de ser un pésimo gobernante, cambió la forma de hacer política en el mundo; la forma en la que se concibe a un líder y a la sociedad en general.
Trump, le mostró al mundo político una nueva vereda por la cual caminar; enseñó que no pasa nada si insultas a un periodista, re victimizas a la víctima, te burlas del desprotegido o le mientes o engañas descaradamente a la gente.
En estos tiempos, no importa por lo que te pares ni sobre lo que lo hagas; mientras te pares firme y acompañado por una buena narrativa que pueda hipnotizar a tus seguidores.
Estoy convencido, que con políticos bravucones, la normalización de las mentiras, la destrucción y eliminación de importantes órganos del gobierno que sirven de contra peso a los abusos del poder, por medio de caprichos como plan de gobierno, violencia política, no hacerse responsable de nada y la inducida polarización, no solamente en su país, si no en gran parte del mundo, esa es la maldita herencia Trump en su paso por el poder.
Lamentablemente, a pesar de que su política es destructiva, divisoria y peligrosa, es atractiva, popular y sobre todo rentable. Muestra de ello, lo vi en una breve investigación en medios sobre las propuestas de ambos candidatos. Al buscar “Kamala contra Trump”, “elecciones 2024” o “propuestas candidatos”; la único que arroja, son predicciones sobre el resultado. frases incendiarias dichas en los últimos días o coberturas tipo “pelea de box”, sobre la noche de elección.
Esto me demuestra, que la política de hoy, es solo forma y nada de fondo. Por lo que insisto, es el resultado de la política confrontativa que Trump trajo a la mesa de debate y donde la política, deja de ser un espacio de ideas y, se vuelve un ring de pelea.
Pero hoy, puede ser el día en que todo cambie. En todos los rincones de Estados Unidos, ciudadanos se forman en la fila de la democracia, para emitir un voto con un amplio peso y espero, que en la intimidad de la urna se rompa con la herencia Trumpista que le ha quitado la forma a gobernar y el sentido a buscar la paz.
No quiero ser ingenuo, tampoco hacerme falsas esperanzas, Kamala no pondrá las manos al fuego, no cuidará a los migrantes, ni prioriza la relación con México.
Pero, estoy harto de los gobiernos populistas que se sostienen de apoyo popular pero nada construyen, me harta el rechazo de no conseguir sentarnos todos en una mesa y escucharnos, de vernos como iguales antes que rivales, harto de los falsos profetas que nos guían a la nada.
Es tiempo de que él se vaya y con él la herencia de violencia, odio y segregación, y si llega ella, tendrá que hacerlo de la mano de ideas, valores, compromiso y diálogo.