¿Para eso querían el poder?
Como si se tratara de matar en el nombre de dios o reprimir en nombre del orden, Morena y sus aliados han utilizado el resultado electoral del 2 de junio para justificar todas las acciones e imposiciones como legítimas. El partido y grupos parlamentarios han respaldado una pavorosa y preocupante reforma al poder judicial diciendo que es un mandato popular, lo cual quizá puede entenderse como un mareo provocado por la adquisición del poder, pero lo que no es entendible, ni justificable son las acciones de la bancada.
Durante las dos últimas semanas, cientos de personas se han aglomerado afuera de las cámaras para exigir un alto a la aprobación de la reforma al poder judicial, la cual representa en cada una de sus modificaciones a la constitución (el máximo documento de la nación) un cambio profundo al sistema de justicia que conocemos.
Pero como la reforma es impulsada por una gasolina llamada Lopez Obrador, que terminara su mandato el próximo mes y ha obligado a sus legisladores a aprobar su último deseo, toda oportunidad de diálogo, debate o deliberación ha sido más rechazada de lo que normalmente se hizo, con esas iniciativas presidenciales a las cuales no se les cambió una coma, argumento que existieron meses de foros y diálogos con la población, que más bien fueron la repetición de una doctrina, en formato de monólogo que se hizo por la fotografía, pues la esencia de la reforma antes y después sigue siendo la misma.
Estas acciones han consistido en que la mesa directiva (dominada por morena), antes de que verdaderamente las condiciones imposibiliten las sesión dentro del congreso, han aprobado el cambio de sede para que las más importante reforma de los últimos años sea penosamente aprobada, por ejemplo en un gimnasio. La junta de coordinación política, mesa directiva y comisiones, han también hecho “maromas” por que las sesiones de comisiones sean en domingo (cuando la sociedad no los ve), los debates de pleno lleguen a la votación durante la madrugada (cuando todos están dormidos) y cualquier marcha sea tachada de ilegítima por representar a grupos de “elite”.
Al ser cuestionados, por los senadores de oposición sobre la forma en la que está siendo aprobada esta reforma, los Senadores responden majaderamente con que ellos durante el periodo “neoliberal” hacen peores prácticas, pero este argumento además de pobre me parece contradictorio, el dos de junio pasado la ciudadanía no voto para regalarle un boleto dorado al partido oficialista para aprobar cualquier cosa que quisiera prostituyendo el nombre del pueblo, si no que le dio la esperanza a un movimiento, para nunca más las prácticas políticas miserables regresaran al poder, esas mismas que ellos utilizan argumentando que “ustedes fueron peores”.
Un movimiento de décadas, por el que miles han dado la vida y con nobles causas como la izquierda, hoy muere golpe a golpe, cada vez que Noroña critica a esos jóvenes que hoy gritan frente a los granaderos como él lo hizo alguna vez, cada dia que se aprueban las más importantes reformas en la oscuridad cuando el pueblo reclamaba luz y cuando aquellos que prometieron ser diferentes resultaron tan iguales como siempre.