Un mejoralito para un cáncer
Para todos es bien conocido la definición histórica de la palabra “democracia”, sabemos que desde la antigua Grecia se le reconoce a dicho concepto como el poder del pueblo (la ciudadanía) para la toma de diversas decisiones; incluso, con el pasar de los años y la evolución de la sociedad, la democracia a ocupado un papel fundamental que incluso de ha convertido en un sistema político, como lo es el caso de nuestro país.
Si bien, la democracia es reconocido como uno de los sistemas más equitativo en la repartición del poder, lo que es verdad, es que, los sistemas de justicia en el mundo no son susceptibles de la democracia, permítame explicarle el por qué.
Históricamente no existe ninguna nación en donde los procesos jurisdiccionales sean resueltos específicamente por el pueblo, lo que sí, es que existen expertos profesionales (en la mayoría de los casos) que resuelven los problemas jurisdiccionales del pueblo, pero para lograr llegar a dicha posición es necesario además de años de estudio, tener un historial laboral que avale el conocimiento y la experiencia con la que se cuenta.
Actualmente en nuestro país se vive un momento por mucho histórico en el sistema judicial, y es que el ejecutivo (la 4T) busca “democratizar” los procesos judiciales, a través de argumentos como la corrupción y el tráfico de influencias, han sembrado en la ciudadanía la idea de que, eligiendo a jueces y magistrados a través del voto popular se acabará con la corrupción que existe en el sistema judicial. Sin embargo, es la propia teoría la que nos hace saber que de aprobar una reforma judicial como la que se pretende aprobar en los próximos días, solo se lograría echar por la borda el concepto de la división de poderes del que nos habló el varón Montesquieu, pues de acuerdo con su concepción de la división de poderes los políticos no deben ser juzgadores, ni los juzgadores deben hacer política.
Seamos realistas, un título universitario en derecho no da la experiencia ni el conocimiento suficiente como para impartir justicia, y eso, en el mejor de los casos que se hubiese estudiado la carrera, pues en nuestra sociedad adquirir títulos se ha vuelto más que sencillo, para muestra pregúntele usted al actual fiscal de la Ciudad de México, que de un día a otro, gracias a sus relaciones de poder logró conseguir el título de abogado.
La especialización es la que hace que cualquier profesión funcione, si no ¿Por qué cree usted que un médico general no puede tratar casos de cáncer? Justamente eso es lo que pretende la reforma que impulsa hoy la 4T. Sí es verdad que la corrupción es un cáncer que ha hecho metástasis en el sistema judicial de nuestro país, pero un mejoralito de reforma no lo va a sanar.
Esta bien que se busque sanear el sistema, pero hagámoslo con mayor inversión, demos mejores prestaciones a toda la base trabajadora, para no verse tentados por el soborno; profesionalicemos desde secretarias hasta magistrados, invirtamos en educación de calidad que permita a los egresados contar con conocimientos verdaderamente solidos para ejercer mejor sus carreras, entonces si podremos iniciar el tratamiento de nuestro mal.
FB. Xóchitl Azpiazu
Twitter. @xoch_azpiazu