Ellos saben, que defienden falsas luchas
Se habla de ello en los restaurantes, pasillos, tribunales, oficinas y calles. Con falacias bien pensadas, argumentos amañados y realidades mal contadas, avanza en el horizonte una amenaza, que viene desde el rencor de un solo hombre y será sostenida por la ingenuidad y fanatismo de miles, la Reforma al Poder Judicial.
Dicen, que es vergonzoso lo que gana un ministro.
Pero no les dio vergüenza despilfarrar los recursos del Estado Mexicano en una campaña.
-Dicen que son paleros, los que hoy detienen labores en el Poder Judicial, para luchar por no perder su sustento de vida.
Cuando en el movimiento que él encabeza, no acepta a críticos, pensadores ni ciudadanos que reflexionen medianamente distinto, pues solo son aceptados fanáticos.
-Dicen que la Reforma limpiará al Poder Judicial de corrupción.
Cuando Obrador ha abrazado a los gobernadores de su partido, sabiendo perfectamente que están manchados de corrupción hasta el cuello.
-Dicen que es vergonzoso que el Poder Judicial gaste millones de pesos en lentes, festejos del día de la Madre y día del Padre.
Pero saben perfectamente que ese dinero no es para los ministros, es para cumplir con prestaciones de ley, para las y los empleados que han sido parte de una lucha histórica.
-Dicen que el Poder Judicial Federal ha atentado contra del pueblo.
Pero saben bien, que para la lógica de la cuarta transformación, el “pueblo” es únicamente quien él dice y, él decide lo que eso significa y cuándo se ha sentido agraviado.
-Dicen que es mejor elegir de manera popular a los titulares del Poder Judicial.
Cuando en este país las listas de diputados, senadores, gobernadores y todo puesto de elección popular, salió desde Palacio Nacional. Y sólo fue ratificado en las urnas.
Y a pesar de todos los errores en el Poder Judicial, es más efectivo que el Legislativo.
Me parece muy peligroso, que grandes y complejos sistemas como el Poder Judicial, sean calificados con pequeñas y sencillas ideas.
No voy a levantar mi bandera para defender al Poder Judicial, como si fuera un poder exento de errores y no debería ser tocado en absoluto por ninguna fuerza política. El Poder Judicial tiene grandes problemas, sin embargo; la Reforma planteada no busca justicia para los mexicanos, busca control político del órgano encargado de responderle al Poder.
Si realmente le interesara la justicia al gobierno actual, se atreverían a hacer una Reforma al Poder Judicial local, que ha sido víctima de la corrupción, nombramientos de personas no calificadas, pero con el dinero para comprar su magistratura y no responde a las necesidades populares.
Si al gobierno de López Obrador le interesara la justicia, haría una Reforma en las fiscalías y en la procuración de justicia, haciendo que en México, realmente se persigan los delitos y no haya impunidad para aquel que ofenda a su prójimo. Pero, no se tocan las fiscalías, porque no han sido incómodas para el poder en turno.
Con total opacidad y sin dar la cara al pueblo, el actual fiscal de la República, puede construir edificios y desaparecer por meses sin que su trabajo sea cuestionado. Y los tribunales locales, no son afectados, porque a la REFORMA no le interesa la madre que pide pensión alimenticia sea atendida; que aquel que ha sido injustamente llevado tras las rejas sea liberado, que el trabajador injustamente despedido sea indemnizado. A él lo que le interesa, es que cuando mañana ponga una Reforma en la mesa, no haya poder político, jurídico o social, que pueda detenerlo.
Es preciso recordar que el PLAN C, es producto de una Reforma que intentó eliminar al INE, seguido por el llamado Plan B, donde fue el secretario de Gobernación, Adán Augusto, que fue quien llevó de manera irresponsable un dictamen a los diputados para que fuera aprobado sin leerse.
A la Reforma no le interesa la justicia, porque saben en el fondo de su corazón, que la Suprema Corte, no responde a los ciudadanos, sino que limita al poder y lo limita porque la lucha histórica que ha construido esta nación, -así como la historia que el mundo nos ha enseñado- nada bueno puede venir del poder que no conoce límites.