En las entrañas de Morena
Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a un evento de Morena, no de aquellos gubernamentales donde los funcionarios se encargan de sazonarlo con los tintes de su partido, sino uno donde se juntan las verdaderas bases del partido, esa militancia apasionada y muchas veces poco crítica que todos los partidos hegemónicos han tenido y que hoy, tiene Morena.
Este tipo de eventos siempre soy muy interesantes, porque en ellos puede notarse qué tipo de sangre corre dentro del partido. Todos comparten características similares, como por ejemplo el desorden, múltiples liderazgos que por un gafete sienten aires de grandeza, gente perteneciente al grupo (que el presidente llama) “PUEBLO BUENO” y grupos de jóvenes, acarreados y/o simpatizantes de distintos candidatos que regalan rivalidad al ambiente.
Tan pronto como empezó el evento un grupo de “ska” subió al escenario para tocar una canción o una crítica hacia el gobierno de Salinas, después una crítica hacia el gobierno de Zedillo, otra crítica hacia la manera en la que fueron tratados los miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y finalmente, una canción sobre el “Maldito Calderón”. Debo admitir, que hasta yo me prendí, pase del coraje que me provoca la desorganización y el acarreo a una sintonía compartida de enojo hacia los gobiernos anteriores, podría decir que en el público habíamos entrado en calor, fui ahí cuando me di cuenta otra de las bases de ese movimiento, pues así como hay gente que vive obsesionada con las glorias del pasado (PRI) existen otros partidos o personas que se rigen por odios, resentimientos y descontento compartido.
Para conformar mi teoría subieron al escenario tres personas a hablar sobre las transformaciones del país, previa a la llegada del Presidente AMLO, en todos los retos históricos se utilizó una perspectiva de blancos y negros, es decir de héroes y villanos, donde siempre los conservadores eran los villanos y los liberales y revolucionarios los buenos, sin excepción alguna.
Después de ellos, casi al inicio del evento, se formaron distintos candidatos hacia una mismo puesto para recibir a una importante funcionara de Morena Nacional, todos los presentes sabíamos que esos candidatos se odian mutuamente, pero la diplomacia política les requería saludarse aunque en sus simpatizantes pudiera verse el descontento con el otro grupo, solamente pude pensar que esa unidad acabara tan pronto como la autoridad del jefe máximo (AMLO) desaparezca, pues nada los va a limitar de matarse.
A la llegada de esta funcionaria pude vivir lo único que le faltaba al evento para ser un evento morenista, gritos, empujones y peleas entre funcionarios. Después de eso y una fuerte lucha de egos, esta funcionaria empezó a hablar sobre el movimiento y para hacerlo recordó paso por paso la historia de su lucha policía, su camino a la presidencia y todos los momentos en los cuales fue una víctima de la mafia del poder, toda esa historia siempre con respeto, con gran admiración al líder y siempre con un tono de que nunca podrán ser tanto como él.
Después de una interesante radiografía de Morena, una serie de críticas hacia la elite mexicana, la riqueza dentro del país, una muy fuerte lucha de egos y discursos que llevo 5 años escuchando decidí que era suficiente y me fui, al salir por la puerta de atrás, por donde entramos los políticos y sale la basura, tuve que pasar por un montón de asesores, después de escoltas y finalmente camionetas blindadas y de lujos en las cuales viajan los máximos defensores de la austeridad, solo pude suspirar y sentir como perdía la esperanza.