La congruencia necesaria
En anteriores entregas comente que en la actualidad el pragmatismo político es una constante en el quehacer político del país y del estado. Explicaba que al ir perdiendo valores ideológicos en los partidos se generaba una mezcolanza de ambiciones personales que rebasan las mejores intenciones de cualquier instituto político por mantener una verdadera plataforma que se traduzca en una propuesta de políticas públicas para bien del país, del estado y en consecuencia del cumplimiento de promesas y compromisos contraídos con el electorado en los periodos de campaña.
Esto es, que la congruencia en la clase política es una mera fantasía en casi todo aquel que presuma de ser buen político. Casi todo aquel aspirante a cualquier cargo de elección popular hace una serie de promesas y compromisos que, en el momento de estar en el cargo, lo menos que le preocupa es cumplir con sus promesas y compromisos. Esa es la razón por la que hoy el político que huele a un mínimo de congruencia tiene un gran “valor en el mercado”.
El Presidente de la República tiene esa cualidad, hoy casi inexistente en toda la clase política. Esa es la razón por la que su popularidad y aceptación nacional está por las nubes y así ha sido desde el inicio de su administración.
La congruencia, la honestidad y la transparencia es lo que menos tiene la clase política en la actualidad. Es un común denominador ver como los diversos aspirantes, de cualquier partido político, anden lanzando un sinfín de promesas y compromisos con tal de seguir viviendo del erario público, porque su objetivo es: lo que caiga”. Casi la totalidad de suspirantes apuntan a los mal alto para caer en cualquier espacio y continuar sus aspiraciones personales, sin importar el electorado en general.
Esa es la razón que genera que la participación se inhiba, porque los ciudadanos han ido perdiendo credibilidad es la mayor parte de los políticos tradicionales que se venden en el mercado electoral. Por eso en 2018 el actual Presidente de la República genero tanta expectativa en 2018, su lema de “por el bien de todos primero los pobres” por supuesto que genero expectativa y la posibilidad de cambiar la tendencia de la política económica implementada en el país desde finales del siglo pasado, para beneficio de los siempre sacrificados, ante cualquier eventualidad económica que sacudiera las finanzas públicas del país.
Ante ese escenario, toma relevancia que hoy identifiquemos a algún político congruente, honesto y transparente. Tal parece que esos valores en política están extintos, o cuasi extintos. Por eso cuando se ve a lo lejos que aparece alguien con esas cualidades, la esperanza renace y comienza a generar un ambiente de expectativa de verdadero cambio en donde este sigue pendiente. En Morelos estamos en esa coyuntura, la transformación es evidente que no aterriza en nuestro estado porque quienes están al frente de la administración no la entienden. Además, la clase política tradicional está más empreñada en mantener sus cotos de poder y sus ímpetus aspiracionistas, que en generar propuestas verdaderas para salir de la crisis en que se encuentra el estado.
Por ello es vital que los ciudadanos estén atentos a insacular de manera minuciosa a todo aquel que aspire a llevar las riendas del estado en el periodo 2024-2030. Ya nos hemos llevado terribles decepciones de anteriores que nos han engañado a partir de la manipulación, la mentira y la desfachatez al momento de presentarse a solicitar el apoyo electoral. El mantener las cosas como están representa un riesgo para el desarrollo armónico del estado. La inseguridad, la falta de alternativas de empleo, los bajos salarios, el abandono al campo, el poco fomento empresarial y un largo etc. son condiciones insostenibles en el estado.
De ahí la necesidad de que quien encabece la administración sea alguien con el perfil referido, con vocación de servicio, compromiso con el estado, compromiso con las clases más desprotegidas, pero también con quienes generan empleo, que aplique los preceptos de no robar, no mentir y no traicionar. Mucho se escucha que es tiempo de las mujeres y esa es una realidad, es tiempo de mujeres, pero mujeres con verdadera vocación de servir a su país y a su estado.
*IR