Efecto dominó
Durante la última semana, los principales medios de información a nivel internacional se han visto invadidos por notas que abordan temas relacionados a la crisis política que se vive en Perú, luego de la destitución de Pedro Castillo, presidente de aquel país desde hace 16 meses.
Castillo quien hasta las elecciones de abril de 2021, era casi desconocido, se le brindó la oportunidad de representar al partido Perú Libre (PL), pues para sus líderes de izquierda radical, su carrera como maestro de la provincia de Cajamarca permitiría conectar con un sector de la sociedad que ciertamente ha sido abandonado sistemáticamente en los últimos años.
Y si, es verdad, se vive una crisis política como hace mucho tiempo no se vivía específicamente en la tierra del machupichu, sin embargo, lo que sucede hoy en día es sólo el resultado de una convulsión política que se vivía desde al menos los últimos diez años.
Los cambios presidenciales exprés, los escándalos en los que se ven involucrados líderes políticos de gran renombre y las investigaciones que sacan a la luz los más turbios comportamientos de líderes peruanos, ha sido una constante que ha lacerado a la ciudadanía principalmente.
La caída del gobierno presidencial ha logrado sólo polarizar y fragmentar aún más la política peruana, afectando gravemente la democracia, la economía y el desarrollo de las instituciones.
Esta inestabilidad a la que hago referencia tiene raíces profundas en una corrupción endémica, así como una constitución que ha sido modificada a fin de permitir incentivos a los líderes de los diversos niveles. Esto a su vez ha provocado una marcada desigualdad socioeconómica que ha provocado el descontento de la ciudadanía que como siempre es la más afectada.
Castillo no es el único presidente al que se le ha visto implicado en un caso de corrupción importante; al menos lo que va del siglo XXI todos los presidentes se han visto envueltos en situaciones similares.
Por mencionar algunos, podemos hablar de Alejandro Toledo, Ollanta Humala que aún después de dejar el cargo se les relacionó con casos importantes de corrupción.
Durante este mismo lapso de tiempo, el Congreso unicameral se ha visto fracturado gracias a que los partidos políticos que se han convertido en claros ejemplos de clientelismo, que no han logrado conectar lo suficiente con sus ciudadanos, teniendo como resultado bases frágiles, que no les ha permitido afianzar su poder en ninguna región del país.
Lo que hoy se vive en Perú sí bien es preocupante por las 7 vidas que hasta el momento ha cobrado, y la crisis económica que se vive, mantiene en alerta a toda América Latina, pues la política internacional regionalizada es muy tendente a parecerse al efecto Dominó donde tras la caída de una ficha, muchas más podrían caer
*IR