Maestros, nómina y manoseo
La mayor motivación por la que el gobierno federal regresó el manejo de la nómina del sector educativo del país a la federación y creo el FONE en el año 2015, tuvo que ver con la mala administración, el desvío de recursos y la corrupción que las autoridades locales generaron desde el año de 1993, cuando con el Acuerdo Nacional para la Federación de la Educación Básica se desconcentró el manejo de los dineros destinados a la administración y operación de la educación pública.
En una acción centralizadora, lo que se pretendió en el 2015 es que la SEP retomara el control de los recursos destinados al pago de salarios, prestaciones y demás emolumentos a los trabajadores de la educación del país a través del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y gasto Operativo (FONE), pero pronto las autoridades locales encontraron nuevas formas de manosear los recursos y al día, una parte de esos dineros son manejados sin transparencia y de manera discrecional por autoridades de los estados y de los órganos o dependencias que norman y operar los servicios de la educación básica.
Y es que, en términos simples y llanos, el FONE está en manos de los estados y las dependencias encargadas de proveer de la información y conciliar la nómina de los trabajadores de la educación, quincena tras quincena y aquí es donde “la puerca tuerce el rabo”, debido a que si bien dicha información debe ser entregada bajo parámetros y tiempos establecidos, los estados encontraron la forma de hacer circo, maroma y teatro, y para ejemplo, allí tenemos el reciente problema generado por el IEBEM con el retraso del cálculo y la conciliación del incremento salarial acorado entre la SEP y el SNTE.
La explicación es simple pues a diferencia de otras entidades en que ya se pagó el retroactivo a los trabajadores, en Morelos el IEBEM no hizo la entrega a tiempo de esa información al FONE para que se liberaran, como se había establecido entre la federación y el sindicato, los recursos para el pago extraordinario en la quincena 13 del retroactivo a los más de 22 trabajadores del IEBEM.
Información que se conoce por trabajadores del propio Instituto, da cuenta de las dificultades que en semanas pasadas se había tenido para el barrido de la nómina y los cálculos de los diferentes niveles, categorías y claves de cobro de los trabajadores. Poco personal y confusión por saber cómo se aplicarán los porcentajes adicionales otorgados por la federación para la llamada “nivelación salarial”, habrían contribuido al retraso de la información enviada al FONE.
Pero en realidad, mucho más habría que explicarse en el IEBEM y en las demás entidades del país sobre lo que ocurre con el manejo de la nómina de los trabajadores y las muchas irregularidades que a partir del año 2016 surgieron con el pago a cientos de trabajadores que ingresaron, ascendieron, o tuvieron diferentes movimientos en sus centros y claves de trabajo.
En el IEBEM, por ejemplo, los propios trabajadores aseguran que bastaría una auditoría externa para destapar la caja de pandora que explicaría una serie de irregularidades cuyos responsables tienen nombre y apellido, pero que, sobre todo, pondría en evidencia que el objetivo para la implementación del FONE se fue extraviando en la burocracia y los manejos discrecionales que tanto prometieron que se erradicarían, veremos y más adelante le continuamos con este tema…
L@S REDES:Los poderes parlamentarios y los órganos electorales, nacional y en los estados del país, deberían revisar las leyes y la reglamentación que dio origen a la posibilidad de que las minorías del país tuvieran espacios de representación popular, en especial los grupos vulnerables y discriminados, para ver si sirven o de plano hay que echarlas al cesto de la basura. Y es que, para no variar, hay que voltear al estado de Morelos,que como ejemplo da constancia que partidos y ciudadanos, sencillamente se pasan por “el arco del triunfo” las disposiciones, pues con el caso de la designación de una curul en el Congreso del Estado, hasta en dos ocasiones la norma ha sido burlada. Primero fue Roberto Yáñez quien, haciéndose pasar como representante de la Diversidad Sexual (cuya duda razonable allí queda), tomó protesta y por unos días fungió como legislador tras echarlo abajo el Tribunal Estatal Electoral, y la semana pasada, fue sustituido por Gabriela Marín Sánchez, a quien pocos le creen que por sus venas corra sangre indígena pero que, dice, honrosamente representar a esta población, ver para creer…
*IR