Depósitos bancarios
Hace algunos años, hacer un depósito bancario a una cuenta, podría haber sido un tanto complicado, era algo así como, ¡Correee! a la sucursal bancaria hasta donde abriste tu cuenta, antes de que te diera la 13:00 horas, si tan sólo la una de la tarde, posiblemente para las nuevas generaciones esto ni siquiera sea familiar o conocido, pero hace unos 25 años tener una cuenta, hacer depósitos, llevar el control de tu ahorro o inversión o tener acceso a otros productos financieros, era algo muy complejo.
Y bien, en México, no todo el tiempo los servicios bancarios han sido privados, ya hemos pasado por momentos donde el estado ha tomado el control sobre este negocio y ha demostrado que como en la mayoría de los negocios que el estado ha manejado, es un fatal administrador y pésimo desarrollador de los mismos. Es a partir de los años 90’s, con la última privatización de la banca nacional, donde algunos bancos desaparecen y otros surgieron o llegaron a México, para que este importante sector de las finanzas mexicanas, llegará hasta hoy con un lento pero continuo crecimiento.
Y justamente todavía para los años 90, tener una cuenta bancaria era un ejercicio bastante complicado, entre tantas razones que pudieron existir para esto, una era, la muy pequeña cantidad de sucursales con las que contaban los bancos, lo que derivaba en la lejanía de estas para la mayoría de la gente, por lo que resultaba mejor opción guardar el dinero en la propia casa, en el mejor de los casos en una pequeña caja fuerte, en otro casos en los roperos, en lugares ocultos dentro de la misma casa o el tan famoso hecho de tenerlo bajo el colchón. Este tipo de ahorradores los problemas que llegaron a encontrar fueron; tener menos dinero del que tenían calculado, porque posiblemente alguien en la casa encontró el lugar donde se resguardaba el dinero; gastarlo en cosas que no estaban previstas para este ahorro y que hasta podrían haber resultado no provechosas; pérdida del valor adquisitivo, ya que tenerlo guardado en el lugar, sin hacerlo producir más valor o más dinero y con el paso del tiempo, el dinero que se había ahorrado valía menos; destrucción o erosión, ya que hubo personas que escogieron los lugares menos indicados para guardar su dinero, que combinado con factores como la humedad, el calor, los roedores o bichos, lograron destruir en buena parte billetes o monedas, dejándolos sin valor.
Otra situación que podríamos haber encontrado hace algunas décadas, es que el control de nuestros ahorros, se llevaban en una boleta, que era generada con anotaciones de propia mano del ejecutivo que atendía en la sucursal, es aquí donde también existieron casos de ahorradores bancarios que llegaban a tener menos dinero del que habían aportado, a veces por un mal calculado del empleado bancario y otras veces por el mal manejo de los recursos por parte de los mismos y no faltaron en esos tiempos acusaciones en contra de funcionarios bancarios o las mismas instituciones.
Las anteriores fueron solo un par de las situaciones que se podrían haber encontrado en el sistema financiero bancario, que además de la complejidad para poder abrir o tener una cuenta, representaba también desconfianza, ante el temor de no saber si los recursos serían manejados de manera correcta, pues para nadie es grato, tener un proyecto y por este ponerte ahorrar hasta en un largo plazo, para un día regresar al banco y que te digan que no tienes ese dinero que con tanto esfuerzo pusiste en sus manos.
Con el paso del tiempo los procesos mejoraron, los bancos aumentaron su cantidad de sucursales, además de que los requisitos para abrir una cuenta o tener accesos a otros servicios se fueron flexibilizando, pero aún en la actualidad no podemos hablar que exista una cobertura total, ya no refiriéndonos sólo de una cuenta de ahorro, sino también de cuentas de inversión, créditos, seguros o afore.
En el año 2010, hubo un acuerdo de 55 países con el Banco Mundial, incluido México, donde se habla se la inclusión financiera y esta se ha convertido en una prioridad para nuestro gobierno, los avances hoy son perceptibles, puesto que ya no es necesario tener una sucursal bancaria cercana para abrir una cuenta, contratar un seguro, tener una cuenta de inversión, elegir una cuenta de ahorro para el retiro, hoy el acceso se puede tener desde la palma de la mano con los teléfonos móviles, gracias a la tecnología digital financiera, pero ésta todavía presenta grandes retos, actualmente alrededor de 65% que requieren de servicios financieros, aún no tienen acceso a ellos y esto es más derivado por la falta de comunicación o acceso a servicios digitales y la falta de cultura financiera, lamentablemente esta última no es una prioridad a la que se le haya tomado la seriedad y la importancia necesaria, fomentar la cultura financiera entre la población nos puede llevar a mejorar la calidad general de vida y avanzar en la disminución de índices de pobreza nacional, desafortunadamente la cultura financiera podría no priorizarse, en tanto tengamos gobiernos que requieran de este sector para poder explotarlos políticamente y utilizarlos como carne de cañón.
*IR