Covid-19: el recuento a dos años del cierre de escuelas
Hace dos años la SEP anunciaba este día el cierre de las escuelas de todo el país por un mes, a partir del 20 de marzo al 20 de abril, sin embargo, la historia de la evolución del COVID-19 llevó al país y al sector educativo nacional a un confinamiento que se prolongó por más de un año.
En el caso de los planteles educativos, alumnos y maestros tuvieron que concluir el ciclo escolar 2019-2020 poniendo en marcha un plan emergente de educación a distancia que dejó ver las enormes limitaciones técnicas y tecnológicas que el país enfrenta, y el daño ocasionado por el letargo y las resistencias para avanzar en las dos últimas décadas en dos sentidos: en la cobertura de conectividad e infraestructura, y la capacitación y formación en materia de las nuevas tecnologías para la comunicación y la información, aplicadas a los procesos de enseñanza y aprendizaje.
No obstante, estas dificultades para maestros, alumnos y padres de familia, el ciclo escolar 2020-2021 transcurrió en su totalidad, primero bajo el modelo a distancia y después con un modelo híbrido, en el que se alternaron además estrategias didácticas virtuales, a través del uso de diversas plataformas. Desde el confinamiento de los actores escolares, el retorno a las aulas se veía como una posibilidad lejana al menos durante todo ese ciclo escolar y finalmente concluyó así.
Aún con la pandemia registrando tazas de incidencia y mortandad elevadas, el gobierno federal y el de las entidades estatales, pese a la resistencia de algunos sectores del magisterio, pero sobre todo de alumnos y de los padres de familia, lograron iniciar el ciclo escolar 2021-2022 reabriendo paulatinamente las escuelas, bajo estrictas medidas sanitarias, que nuevamente dejaron ver los problemas presupuestales y de organización de las autoridades educativas).
A dos años de la pandemia, y aún superado las secuelas de la cuarta ola que si bien provocó la mayor taza de incidencia y no así la de mortandad, el recuento de los daños resulta hasta hoy difícil de conocer, sobre todo porque las evaluaciones cuantitativas y cualitativas podrían contener datos duros pero imprecisos sobre el número real de alumnos que han desertado de los diferentes niveles de educación (algunos siguen intentando hoy regresar) y sobre todo, por el nivel impacto académico y en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes.
En las escuelas seguimos recibiendo hasta hoy a alumnos que, con dificultad, y con una voluntad de directivos y maestros, pudieron ser retenidos a cuenta gotas con clases a distancia o virtuales. Literalmente han sido rescatados de su deserción, pero su situación de rezago es preocupante pues para el caso y solo el caso de su control escolar, su ubicación en el grado pertinente representa todo un reto.
Es aquí donde la intervención de docente y en su caso de los equipos de apoyo del que disponga cada escuela, se vuelve vital. La atención a estos alumnos requiere no sólo de adaptaciones curriculares que el maestro debe realizar para atender las necesidades educativas del alumno, sino también de la asistencia de otros apoyos, pero lamentablemente y pese a la urgencia de más y mejores recursos, no podía llegar en peor momento el cierre definitivo del programa de Escuelas de Tiempo Completo, por ejemplo.
Es más, podemos decir que, a dos años del cierre de las escuelas, y su proceso de reapertura que continúa hasta hoy, los maestros han caminado prácticamente solos. Con un tibio u ocasional reconocimiento que han tenido durante este tiempo, porque son ello los que han hecho lo necesario y muchas veces hasta lo imposible para atender a sus alumnos, los apoyos directos e indirectos que deberían recibir para realizar mejor su trabajo, en la mayoría de los casos son solventados por ellos mismos, es decir, equipos, internet, materiales didácticos y muchos más.
En esta situación de emergencia las autoridades educativas han estado muy lejos de lo que se ha precisado, no sólo en el caso de los insumos que se han requerido para los filtros y acciones sanitarias, los cuales han sido solventados por padres de familia y maestros, sino porque han sido los docentes y personal de apoyo los que también se han colocado por encima, dando la cara por las escuelas y la educación, veremos…
*IR