¡Pos no que no!
Lo que se puede se debe dice el refrán, y después de ver y no oír, sino escuchar, que es parar las orejas y poner atención a lo que se está diciendo y sucediendo, más de uno nos hemos quedado anonadados y patidifusos por el comportamiento de Andrés Manuel López Obrador, que ahora sí, tomó el legítimo papel que le corresponde como presidente de México y frente a sus homólogos o pares de Canadá y Estados Unidos se trataron asuntos de real importancia para los mexicanos de aquí y de los que viven o sufren en los países del norte, sobre todo en el cuidado y respeto que se debe tener en el aspecto laboral, que como se ha dicho desde siempre que los mexicanos hacen el trabajo sucio, y que por eso, a México también se le ha considerado como el patio trasero de los norteamericanos. Cuando todos esperábamos una mañanera a todo lujo como la de la ONU López Obrador, hizo lo que tenía que hacer, velar por los intereses de todos los mexicanos que él representa. El discurso, como nunca en sus tres años, se leyó y en su contenido se encontró una buena redacción, con buen manejo de la gramática y en su contenido, claro, directo como debe ser de un estadista. Ya en una entrega anterior expresaba el deseo de ver a un estadista y no a un broncudo fajador que echa pestes en contra de todo y de todos. Quien le haya redactado el documento requiere una mención especial porque además del estilo desarrolló el tema de la reunión que versó sobre asuntos ecológicos, del medio ambiente y los económicos, pero en relación a los problemas de los derechos humanos, no hubo el reclamo pendenciero sino la propuesta y la exigencia de dar un trato justo a los trabajadores tanto a los que están allá como a los de acá, pero con propuestas de altura. Marcelo, como Secretario de Relaciones exteriores, seguramente subió o alcanzó algunos puntos en sus aspiraciones presidenciales, mientras López Gatell, que nadie sabe para qué fue, como dicen los observadores, ni lo pelaron, y que bueno que no hubo necesidad de que abriera su boca porque con seguridad iba a regar la sopa . Como nunca las cosas son miel en hojuelas, y como siempre sucede, mientras los gatos duermen los ratones hacen de las suyas, le estropearon la página al presidente los crímenes que cada día son de mayor crueldad y siguen quedando en la impunidad, secuestran a marinos, que por su presencia se supone cuidan de la seguridad de los ciudadanos, pero el crimen bien organizado ya no respetan rango porque están convencidos que en el país en este renglón, no pasa nada y ellos son intocables, por eso, la gente se cuestiona, así como se persiguen a los intelectuales, a los investigadores primero de CONACYT y ahora a los del CIDE, la fuerza que se aplica para terminar con todos los organismos autónomos incluyendo a las universidades desde la UNAM y las de los estados en donde se preparan a las juventudes que deben tener un pensamiento crítico y que de manera perversa el gobierno federal pretende meterlos en el cuadrado de un pensamiento de servilismo para que se formen los cuadros que puedan llegar a los puestos de alta responsabilidad y solamente sean aplaudidores de cuanta necedad o puntada salga de palacio nacional. Es de preocupar, que mientras en el extranjero se dé una cara, al interior se siga con la agresión constante dirigida hacia todos mexicanos que no comparten el pensamiento del presidente que olvida que la pluralidad en la acción es parte importante de la democracia.
No hay duda, las cosas han cambiado, ahora vamos a recordar con nostalgia a los desfiles del 20 de noviembre que eran deportivos, que era un espacio en el que los alumnos de las escuelas hacían una demostración de habilidades en la ejecución de tablas gimnásticas, y otros deportes, se hacía reconocimiento a los deportistas que habían destacado en sus disciplinas, ahora, ante la cara de enfado de la esposa del presidente, que posiblemente le llegaba el tufo de tanta caca de caballo que estos hermosos animales iban dejando en el asfalto. ¿cuánto le costó al país este desfile de malos carros alegóricos? Seguramente nada barato, aunque estaban mall hechos, con faltas de ortografía, despertaron el entusiasmo del propio presidente y su secretario de la defensa nacional que lució un traje lleno de medallas, ¿dónde las ganaría? Mientras esto pasa, Doña Delfina grita ¡Todos a la escuela! Ni quien la pele. ¡Se lo merece! HASTA LA PROXIMA.
*IR