Llegó la fecha: este viernes operan a Juan Pablo, un bebé que padece pie equinovaro y la cirugía le permitirá llevar una vida normal, como el resto de los niños, algo por lo que han luchado con todo su amor y esfuerzo sus padres, a fin de que su pequeño, que aún no cumple un año de edad, pueda superar un padecimiento en uno de sus piecitos.
Sin embargo, la cirugía se realiza en un hospital especializado de la CDMX, que aunque solo cobrará una cantidad simbólica, sus padres requerirán de apoyo para pagar los traslados a la capital del país, y de ser necesario, hospedaje.
Por eso, la madre del bebé, Anee Geraldine Navarro Lezama, pide la solidaridad de la gente para apoyarla con estos gastos. Quienes deseen respaldarla, pueden comunicarse al teléfono 52 444 551 3560.
Ha sido una larga batalla en la que se ha buscado el apoyo de las instituciones locales públicas sin éxito. Ha sido un enorme esfuerzo de trabajo para reunir, primero, el dinero suficiente para optar por una cirugía en alguna institución privada, pero dados sus costos, se veía más lejana porque lo que van reuniendo, el padre con su humilde salario, y ella, vendiendo dulces en la Plaza de Armas, es muy lento y muy poco, a pesar de la generosidad de la gente.
Las inclemencias de tiempo, ahora que llueve, y en otras ocasiones los pesados rayos del Sol, no han detenido la voluntad de una madre para buscar alternativas a fin de que su hijo tenga una vida, un futuro normal, sacudiéndose su corazón a veces por la difícil situación y la adversidad, pero tratando siempre de mantener la fe.
Surgió la oportunidad de la operación en la Ciudad de México, en una clínica especializada que conoce no solo del dolor humano, sino de las capacidades de sanarlo y ofrecer una nueva vida y oportunidades de desarrollo para el pequeñito. El contacto fue hecho. Este viernes es la operación. Sin embargo, las revisiones y el monitoreo de la evolución de la cirugía de Juan Pablo hacen necesario que durante algún tiempo acuda a la capital del país para continuar el proceso de recuperación.
Los directivos del hospital y los especialistas ya dieron una enorme muestra de generosidad para cambiar la vida de un niño. Toca a los demás compartir esa generosidad con un pequeñito que ya empieza a experimentar el deseo de abandonar su carriola y correr con otros niños.
En manos de todos está hacerlo realidad, apoyando su cirugía, con oraciones, con el apoyo para trasladarlo a la capital del país…
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