Errando se aprende a herrar
¿Cuántas veces has escuchado “debes aprovechar las oportunidades”? y la pregunta que seguramente nos hemos repetido es ¿qué es una oportunidad? ¿qué condiciones deben cumplir las circunstancias para que representen una oportunidad? Tal vez un nuevo nicho de mercado que recién está tomando relevancia, tal vez una oferta en un producto de alto movimiento, tal vez un lugar disponible para vivir que tiene un precio muy bajo y con una ubicación inmejorable. Y de repente el nicho de mercado está muy alejado de tu área de especialización; el producto de alto movimiento es nocivo para la salud; ese lugar para vivir tiene vecinos con actividades económicas nada saludables.
Las oportunidades no pueden estar separadas de la preparación. Los mejores resultados se obtienen de un desarrollo constante aún y cuando no haya oportunidad inmediata. Una visión de futuro es tan importante como saber respirar. Cuando hemos visualizado lo que nos interesa obtener más adelante, nuestra atención se dirige hacia esos elementos que forman parte de nuestro interés. La percepción selectiva se activa cuando en nuestra mente tenemos la imagen nítida y fiel de lo que anhelamos, pues en ese momento empezamos a ver lo que queremos en la calle, en las charlas formales e informales, en las revistas, etc. Es decir, echamos a andar un mecanismo interno para identificar oportunidades. Es así como la falta de una idea futura representa una de las barreras principales para identificar y atraer oportunidades.
Las más de las veces, se presentan oportunidades para quienes están pendientes de los cambios y se mantienen informados de las variaciones que representen una ventana a la acción que pudiera derivar en beneficios.
Vamos a puntualizar un par de observaciones. Las oportunidades constituyen una serie de circunstancias que resultarán en un beneficio físico, financiero, jerárquico y hasta energético. Sin embargo, tiene siempre una dualidad, por ejemplo, cuando las circunstancias exigen un esfuerzo para alcanzar una posición jerárquica de mayor responsabilidad, habrá quien esté dispuesto a pagar el precio y tomar ese riesgo, pero habrá también quienes interpreten ese hecho como la oportunidad para que alguien más tome esa responsabilidad y pueda conservar su cómoda posición de bajo perfil y menor esfuerzo físico. Es decir, es la oportunidad de crecimiento de alguien y la oportunidad de preservar el confort de alguien más.
Se dice que hay una oportunidad cuando las circunstancias son idóneas o convenientes, y en ese sentido será importante saber quién se beneficiará. Porque en ocasiones la desgracia de algunos representa una oportunidad para otros. No vamos muy lejos, ya que durante la pandemia los cubrebocas alcanzaron precios de hasta seis u ocho veces el valor que habíamos pagado por ellos (y creo que me estoy quedando corto). En ese tiempo la renta de tanques de oxígeno se convirtió en un negocio bastante rentable ya que representaba una condición de vida o muerte y hubo mucha gente que lo aprovecho al máximo.
En las escuelas se dice que debemos darles una oportunidad a los estudiantes, y por otro lado se habla de que sólo se le dé oportunidad a quien lo merece. Se convierte en una labor bastante compleja ya que en ocasiones los más bajos rendimientos académicos son a quienes se les da “la mayor cantidad de oportunidades”, obteniendo calificaciones aprobatorias con el mínimo esfuerzo. Y peor aún, logran “panzar” una materia que ni siquiera recordarán o que no les representa beneficio alguno u oportunidad alguna para su desarrollo. Pero hay quienes se han esforzado al máximo en una disciplina en particular, sin lograr desarrollar su habilidad a un nivel que les merezca una calificación sobresaliente. La pregunta es ¿nuestro sistema educativo, así como el proceder de nuestros(as) profesores(as) es el apropiado para identificar los talentos y potenciar su desarrollo, alcanzando el más alto grado de motivación para sobresalir en una disciplina que le represente un aprendizaje significativo al estudiante? Porque eso si constituiría una excelente oportunidad para el estudiante e incluso para la sociedad.
Ya sea de una u otra manera, las oportunidades casi siempre están asociadas con el movimiento. Las personas que están en un movimiento constante de formas de pensar, de modos de construir su realidad, de lugares para incorporar su aprendizaje, son quienes encuentran una mayor cantidad de condiciones para aplicar sus conocimientos o desarrollar ciertas habilidades particulares, con lo cual van generando para sí mismos nuevas oportunidades, que a su vez mejoran las condiciones materiales que lo colocan en la posición de privilegio para identificar nuevas oportunidades. Carlos Marx decía “…no es la conciencia lo que determina vuestro actuar en el mundo, sino que nuestro actuar en el mundo determina nuestra conciencia…”
Bajo este orden de ideas, dependerá de nuestros alcances y nuestros afanes para identificar, aprovechar y generar oportunidades. Total, sólo errando se aprende a herrar.