García Luna, el secuestrador “secuestradito”
En los sexenios panistas, Genaro García Luna secuestraba a petición del cliente.
Pero también por cuenta propia.
Otra veta de ingresos ilegales que acrecentó su fortuna, y la de sus compinches, cuando estuvieron en la AFI del foxismo y en la SSP del espurio calderonato.
El caso que le platico hoy es uno entre muchos. Destaca por estar involucrados en él jugadores profesionales de futbol y la empresa Televisa, con la que no sólo realizó “montajes” a conveniencia, sino a la que también sirvió nada desinteresadamente.
Sucedió que el 19 de junio de 2005, al participar el seleccionado nacional de futbol en la Copa Confederaciones, celebrada en Alemania como usted recordará, se dio un triunfo sobre la Selección de Brasil por un gol a cero provocando con esto una gran algarabía.
Esa noche prácticamente todos los seleccionados cerraron un antro en Hannover para tener su propio festejo, en el que abundaron las guapas mujeres, ríos de alcohol y muchos gramos de droga.
Fue de tales dimensiones la “fiesta” que tocó los linderos de la orgía.
Y fue así que durante esa noche, me platicó un testigo presencial, dos de los seleccionados, Salvador Carmona y Aarón Galindo, sostuvieron relaciones sexuales con Adriana Lavat, entonces esposa del capital del seleccionado, Rafael Márquez, quien unos días después al enterarse de este hecho --tras la “cruda”, pues– exigió al técnico Ricardo Lavolpe la separación inmediata de los jugadores cruzazulinos, amenazando que, de no ocurrir la expulsión de ambos, haría púbico que la mayoría de los seleccionados eran adictos a alguna sustancia psicotrópica.
El 22 de junio de 2005 los jugadores fueron separados del plantel y expulsados por supuesta indisciplina.
¡A sus órdenes, jefe Azcárraga!
Pero, a partir de ese día, corrieron varias versiones --homosexualidad, avaricia por supuesto cobro de primas exorbitantes, etc.– que, incluso, lastimaron seriamente al equipo Cruz Azul, equipo en el que se desempeñaban Galindo y Carmona.
Todo ello, como usted tiene presente, obligó a que la FIFA abriera una indagatoria que, de comprobarse la adicción de los jugadores, podría haber cancelado la participación de la Selección Mexicana en el Campeonato Mundial 2006 que también se celebró en Alemania.
Y fue así que, agobiado por la presión contra sus jugadores y su Club, el entonces director técnico del Cruz Azul, Rubén Omar Romano, declaró el lunes 18 de julio del 2005 que, de continuar el acoso contra Carmona y Galindo, él diría toda la verdad.
El escándalo de gran magnitud y la indagación de la FIFA continuaba por lo que, me platicó mi interlocutor, una importante empresa domiciliada en la capitalina Avenida Chapultepec y que maneja a su antojo los destinos del espectáculo del futbol en nuestro país, solicitó la intervención de Genaro García Luna.
El negocio multimillonario que la transmisión del Mundial le representaba se hallaba en riesgo.
Así, el 19 de julio de 2005, Rubén Omar Romano fue secuestrado en Xochimilco, por una banda –tipo la que años después le inventaron a Israel Vallarta y Florence Cassez o la del caso del joven Fernando Martí-- conformada por elementos de las propias corporaciones policiacas del gobiernito mexicano.
El argentino permaneció en cautiverio durante 65 días, siendo liberado el 20 de septiembre de ese año por la AFI de García Luna, que montó un sensacional espectáculo que incluso fue grabado y difundido con bombo y platillo por la televisión.
Se supone que, en el lapso de esos 65 días, Televisa logró negociar con la FIFA el cierre del expediente, asegurando con ello la participación de la Selección Mexicana en el Mundial del 2006 y, claro, la obtención de utilidades calculadas en 215 millones de dólares… de aquellos.
Sólamente descuente lo que le habrán pagado a García Luna por “el favor”.
Los billetes sobre el cadáver de El Barbas
Uno de los dos secuestros que en su persona sufrió el llamado Policía de Titanio –así le decían quienes desde sus columnas políticas le echaban porras-- fue el de la carretera que conecta a CDMX con el Estado de Morelos, como recién narró El Grande, en el juzgado de Brooklyn, donde se juzga al ex funcionario por sus ligas con el narco a cambio de millones de dólares.
Dijo Sergio Villarreal Barragán que hombres armados de la banda de Arturo Beltrán Leyva secuestraron a Genaro García Luna durante unas horas, justo cuando viajaba por la carretera a Tepoztlán en el estado de Morelos y cuando ya se desempeñaba como secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón.
Todavía “amigos” Genaro García y Arturo Beltrán “se echaron unos whiskies”, probablemente negociaron otras cantidades y otros objetivos, y lo regresaron con su numeroso grupo de escoltas.
Pero hubo otro secuestro del cual le platiqué aquí en el Índice Político, en su oportunidad. Le platico:
Escoltado por dos docenas de elementos, Genaro García Luna llegó con su familia a desayunar a un conocido restaurante de Cuernavaca, Morelos… territorio de El Barbas Arturo Beltrán Leyva, con quien el ahora procesado en Nueva York ya no mantenía una relación que fuese del todo cordial.
La presencia del entonces secretario de Seguridad Pública del calderonato en la llamada Ciudad de la Eterna Primavera no pasó desapercibida para el capo… quizá porque en el equipo de quien algunos llaman El Policía de Titanio –no se ría— había delatores.
No acababan de servir el primer café a García Luna cuando más de 60 sicarios al servicio de El Barbas ya habían reducido a los escoltas y llegado hasta la misma mesa que ocupaban el personaje y su familia.
Se lo llevaron. Lo levantaron. Lo secuestraron.
No fueron pocas las horas en las que, vendado de los ojos, atado de pies y manos, Genaro García Luna estuvo a merced de Arturo Beltrán Leyva.
Varias, muchas horas después, García Luna fue liberado.
¿A cambio de qué?
No se sabe.
Lo que sí se conoció fue la llamada que Arturo hizo a su hermano Héctor El Hache Beltrán Leyva –cuyo deceso acababa de ser reportado– para presumirle su hazaña. También, que El Hache montó en cólera contra El Barbas por haberlo soltado. Que lo hubiera matado. Que la venganza de García Luna iba a ser tremenda.
Y lo fue.
Fuerzas federales, apoyadas por marines estadounidenses, lo acribillaron semanas después en su departamento de Cuernavaca.
Y le dejaron billetes encima.
Tal vez los que había pedido para liberar al “secuestradito” García Luna.
Indicios
Duro golpe recibió Marcelo Ebrard de quien menos se lo esperaba. Porque resulta que Mike Pompeo, secretario de Estado del gobierno de Donald Trump, revela en su libro –recién puesto en circulación—“Nunca cedas ni una pulgada” la crónica de cómo el gobierno de EU chantajeó, amenazó y, al final, doblegó al gobierno mexicano para implementar el programa "Permanezca en México" que, sin retribución alguna, nos obliga a los pagaimpuestos del país a mantener en nuestro territorio a todos aquellos migrantes que el vecino del norte rechace de la (mal) llamada “tierra de los libres y hogar de los valientes”. Lo peor: 1) que la ventajosa negociación para la Casa Blanca se celebró antes de que Andrés Manuel López Obrador se asomara siquiera a Palacio Nacional, 2) que el llamado canciller mexicano siempre negó lo que la entonces embajadora en Washington, Marta Bárcena, denunció ante AMLO, 3) que “el amable componedor” del encuentro no trabajaba para el gobierno del entonces Presidente Electo, un empresario –ahora diputado federal por el Verde--, llamado Javier López Casarín, a quien el ahora titular de la SRE pretendía hace embajador de México en EU, y 4) que Ebrard casi suplicó que el acuerdo permaneciera en lo oscurito, lo que Pompeo no le cumplió. “México se dobló ante El Norte”, concluye el ex secretario de Estado. * * * Muy caro le resultó al diario El Universal el cese del publicista Carlos Alazraki de sus páginas de opinión. Más, incluso, que a los cuatroteros que se lo pidieron a Juan Francisco Ealy, padre e hijo. Ya no es como antes, cuando –por ejemplo-- a este escribidor también lo despidieron de las páginas de ese diario por presiones de los foxistas. * * * ¡Cuidado, mucho cuidado defensores de la integridad del INE! A la vanguardia de los ataques en contra de quienes se oponen al llamado Plan B electoral ya se colocó la señora Beatriz Gutiérrez Müller, quien hizo revelaciones tales como ese de que ella nunca vio que los árbitros en el reciente Mundial de Qatar opinaran, por lo que los árbitros electorales tampoco deberían hacerlo. ¡Cuidado! ¡Alerta máxima! * * * Por hoy es todo. Reconozco su paciencia para llegar hasta el final de este texto y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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*ARD