CAPACIDAD. La historia está llena de momentos clave donde las decisiones tomadas pueden cambiar el rumbo de una sociedad. En este contexto, la aprobación del paquete económico 2025 por parte de la 56 legislatura local destaca no solo por su contenido, sino también por el proceso de diálogo y acuerdos que lo respaldaron. Este evento resalta la importancia de la colaboración y el compromiso hacia el bienestar de todos los morelenses. La capacidad de diálogo entre los integrantes de la legislatura ha sido esencial para alcanzar consensos. En un ambiente donde muchas veces prevalecen los intereses individuales, estos legisladores demostraron que la comunicación efectiva puede llevar a resultados positivos. Por ejemplo, las reuniones abiertas y las discusiones constructivas permitieron que se escucharan diferentes puntos de vista, asegurando que las voces de todos los sectores de la población fueran consideradas en el proceso de toma de decisiones. Además, la aprobación de este paquete económico refleja un esfuerzo por priorizar los beneficios para la ciudadanía. En un momento en que muchas comunidades enfrentan desafíos económicos, este tipo de iniciativas se convierten en un faro de esperanza. Con medidas que buscan impulsar el desarrollo local y mejorar la calidad de vida, se demuestra que el enfoque está en generar oportunidades para todos. Esto es un claro indicativo de que las decisiones políticas pueden tener un impacto directo y positivo en la vida diaria de las personas. En todo esto tiene un gran papel la gobernadora Margarita González Saravia.
DE VERGÜENZA. La imagen de un ex gobernador que debería representar dignidad y seriedad se ha convertido en una caricatura de mal gusto. Cuauhtémoc Blanco, quien ocupó el cargo de gobernador en Morelos, dejó una huella difícil de olvidar, y no precisamente por sus logros. En su reciente participación en la transmisión de la final del fútbol nacional, se mostró con un tono despectivo y chistoso, utilizando malas palabras que solo reflejan la falta de respeto hacia la ciudadanía que lo eligió. Este personaje, que ha sido considerado por muchos como el peor gobernador en la historia de Morelos, se despide de su mandato dejando un legado de descontento y frustración y hoy confirma que solo es un payaso. Durante seis años, la administración estuvo marcada por la ineficacia y la falta de atención a las verdaderas necesidades de la población. Sin embargo, lo más sorprendente es que, a pesar de su gestión cuestionable, Blanco ha encontrado un nuevo espacio en la política al ocupar una diputación federal plurinominal, como si su trayectoria estuviese justificada por algún acto heroico. La triste realidad es que el humor inapropiado y las actitudes ridículas de Blanco no son lo que la gente espera de un líder. La política debería ser un espacio de seriedad y compromiso, no un escenario para hacer chistes de mal gusto. La participación del exgobernador en eventos deportivos no debería ser motivo de risa, sino una reflexión sobre la falta de calidad en el liderazgo que ha enfrentado Morelos.
Afortunadamente, la etapa de Blanco como gobernador llegó a su fin, pero la preocupación persiste al verlo continuar en el ámbito político. La ciudadanía merece representantes que trabajen por el bienestar de todos, que se enfoquen en soluciones y que, sobre todo, respeten las instituciones y a quienes los eligieron. La esperanza radica en que este capítulo se cierre y se dé paso a líderes que realmente se comprometan a servir a la sociedad con responsabilidad y respeto.
MAL PERSISTENTE. La inseguridad en la autopista México-Cuernavaca se ha convertido en un tema de preocupación constante para los ciudadanos y viajeros que utilizan esta importante vía. A pesar de los anuncios sobre la llegada de la Guardia Nacional y de las supuestas medidas de seguridad, la realidad en el terreno parece contar una historia completamente diferente. Recientemente, el político morelense Guillermo del Valle compartió una experiencia alarmante en la que una unidad con torreta y luces de patrulla intentó intervenir, lo que demuestra el nivel de riesgo que enfrentan quienes transitan por esta carretera. La anécdota de Del Valle no es un caso aislado; refleja la angustia que viven diariamente los automovilistas en esta autopista, que debería ser un símbolo de seguridad y eficiencia. La situación se agrava cuando se considera que, a pesar de los esfuerzos del gobierno para aumentar la presencia de fuerzas de seguridad, los delincuentes parecen actuar con impunidad. Esta situación deja en evidencia la falta de estrategias efectivas para erradicar la criminalidad en la zona. Es preocupante que una carretera tan transitada y con un costo elevado de peaje se haya convertido en un escenario de riesgo. Las promesas de seguridad se desvanecen ante los hechos. El hecho de que un político, que debería estar protegido por su estatus, haya tenido que enfrentarse a una situación tan peligrosa pone de manifiesto que no hay garantías para nadie. La preocupación por la seguridad se extiende más allá de las estadísticas; se trata de la vida diaria de las personas que se ven obligadas a vivir con temor.
TOQUE DE QUEDA. La situación de violencia en la colonia Calera Chica de Jiutepec ha alcanzado niveles alarmantes, llevando a la comunidad a tomar medidas drásticas para protegerse. Recientemente, ha trascendido que se ha establecido una especie de toque de queda, donde las familias optan por resguardarse en sus hogares después de las ocho de la noche. Esta decisión, que refleja un profundo sentido de desesperación, pone de manifiesto la grave crisis de seguridad que golpea a esta zona. Las estadísticas de muertes en los últimos días son preocupantes y evidencian un entorno de violencia que no puede ser ignorado. Las familias, temerosas por su integridad y la de sus seres queridos, han tenido que adaptar sus rutinas diarias a esta nueva realidad. La sensación de inseguridad se ha apoderado de la colonia, afectando no solo la vida cotidiana, sino también el bienestar emocional de sus habitantes. La comunidad, que debería disfrutar de la tranquilidad de su hogar, ahora vive en un estado de alerta constante. Es inaceptable que los ciudadanos se vean obligados a establecer un toque de queda por la falta de seguridad. Las autoridades deben actuar con urgencia para restaurar la confianza y garantizar la seguridad en las calles. La violencia no solo afecta a las víctimas directas, sino que también crea un clima de miedo que repercute en la vida social y económica de la comunidad. Las familias merecen vivir sin temor, y es responsabilidad de las autoridades atender esta crisis con seriedad.