El agua en el mundo es un líquido vital, es un recurso natural, necesario para la existencia de todos los seres vivos en el planeta y lamentablemente vulnerable por el uso indiscriminado que se hace del mismo. Este recurso se renueva a través del ciclo hidrológico que representa un valor social, ambiental y estratégico para el desarrollo social y económico de cualquier nación. Se dice que hay 1,386 millones de kilómetros cúbicos de agua en el mundo y esta cantidad no ha variado significativamente en los últimos 2,000 millones de años. El 80% del agua que se encuentra en los continentes está en la superficie, mientras el 20% restante se encuentra bajo la tierra o en forma de vapor de agua atmosférica. Solo el 2.5% del agua es dulce, de esa cantidad el 0.5% se encuentra en depósitos subterráneos y el 0.01 en ríos y lagos. El 68.7% se encuentra en estado sólido en las zonas polares y en los glaciares. El 97.5% corresponde a agua salada que se encuentra en los océanos.
Todos estos datos son relevantes porque pareciera que tenemos mucha agua y que, además, esta es infinita. Sin embargo, la realidad dista de esa afirmación, ya se ha dicho en diversas ocasiones que el agua está comenzando a ser un verdadero problema porque es necesaria para el consumo de todos los seres vivos, pero que, sin la menor duda, la irresponsabilidad en el manejo de la naturaleza nos tiene al borde de una crisis, por la escases de agua que comienza a generarse en diversas partes del mundo. Es decir, el agua es finita y el uso indiscriminado de ella, junto con la explotación de la naturaleza y el crecimiento desmedido de las zonas urbanas están generando condiciones de alarma en los gobiernos a nivel mundial, y México no es la excepción.
En México se inicio con el Plan Nacional Hídrico desde el sexenio anterior y en este periodo de gobierno continua su desarrollo, como una política publica prioritaria para generar bienestar en la nación. El objetivo del plan es garantizar el derecho humano al agua en cantidad y calidad suficiente, asegurar la sostenibilidad de nuestros recursos y generar conciencia sobre el manejo de la misma en cualesquiera de sus usos. Este plan sienta sus bases en un diagnóstico que tiene 8 premisas principales: 35 millones de personas que no tienen disponibilidad en cantidad y calidad suficiente, 104 de las 757 cuencas, en el país, tienen problemas de disponibilidad, 114 de los 653 acuíferos están afectados por la sobreexplotación, la disminución de más de 30% en el agua per cápita en las últimas dos décadas, recarga inadecuada de acuíferos, aguas residuales sin tratar vertidas en ríos, distribución inequitativa del agua y el uso ilegal de la misma.
Son 4 los ejes rectores que propone este plan: una política hídrica y soberanía nacional, justicia y derechos hídricos, mitigación al impacto ambiental y adaptación al cambio climático, y una gestión integral del agua. Todo ello a partir de generar un ordenamiento en el tema de las concesiones: reformar la Ley de Aguas Generales y la Ley General, para que no haya transmisiones entre particulares, el agua es de la nación. Emitir un decreto de facilidades para regularizar concesiones vencidas siempre que cumplan con la ley. Nueva plataforma “Agua para el Bienestar” para digitalizar y simplificar trámites y acabar con la corrupción.
El plan es ambicioso y si se logra materializar será un elemento que ponga en orden el uso del agua en general. En Morelos la anarquía que existe en torno a su utilización es terrible. El agua se pierde en fugas por las tuberías urbanas que no tienen mantenimiento y que generan que se pierda una cantidad importante antes de llegar al consumidor final. El uso agrícola del agua es indispensable pero que sin asesoría en el manejo de la misma genera que se pierda una gran cantidad por el desconocimiento de técnicas que permitan un manejo eficiente y que ahorre agua. El el uso industrial puede ser el que más gasta agua y el que más daño provoca, porque además del consumo desmedido, en este sector se encuentran quienes menos pagan lo que consumen. Un ejemplo para dimensionar será suficiente, en Cuautla existe una planta de FEMSA (Coca Cola) y ellos acapararon de manera ilegal un manantial natural, el cual han explotado por muchos años, y apenas hace unos 5 años ellos pagan un pequeñísimo impuesto al municipio de Cuautla por la explotación de algo que no les pertenece, pero que tienen privatizado para fines comerciales. Si a partir de este Plan Nacional Hídrico se logra poner orden en este tipo de conductas, se estará avanzando en la concientización del uso del vital líquido, porque este ejemplo estoy seguro se replica en muchos estados y en una diversidad de empresas que fueron consentidas por el anterior régimen neoliberal y que es parte de lo que debemos arreglar.