Era estudiante apenas. Me habían dado una segunda oportunidad para estudiar y me entusiasmo la idea de estudiar ciencias de la comunicación aunque fuera en educación tecnológica –quería ser diseñadora--, trabajando y estudiando, llego el momento de realizar las prácticas profesionales y todas las compañeras de esa, la segunda generación del CETIS 43 de Xochitepec, llegamos “en bola” a buscar la oportunidad de cumplir con el requisito impuesto por la autoridad educativa.
Fue entonces, cuando lo conocí… y lo conocí, más por lo que Esmer Peralta --mi maestro de radio--, hablaba de él y lo reconocí por su voz, esa que salía en la radio... Ya trabajan con él, en un nuevo proyecto informativo llamado NN Nuestras Noticias, otros grandes como Zelma Uribe, Fabián Serano, Arturo Ortiz o Tlaulli Preciado, Mau Davalos… y Andrés Martínez, era gerente de Radiorama.
Sin experiencia, nos envió a la calle a realizar sondeos, a modo de Radio Red de la Ciudad de México y nos formamos a golpe de aciertos y errores a ser reporteras. Yo desde la redacción primero y luego en la calle, cubriendo diversas fuentes –la nota roja que me ensució los tenis y me lleno la nariz de olor a sangre--, empresarios, educación, el congreso y luego en cabina, de lectora de noticias, dándole voz a las capsulas de NN Nuestras Noticias y luego, conduciendo “La Noticia en el Blanco” y “El Pulso de la Noticia”. Ya trabajaba antes de graduarme y no hubo ceremonia, ni foto ni anillo para mí, yo ya estaba montada en el cuartito llamado redacción… Ni vuelta atrás…
Conocí a Víctor Hugo Salgado Granados, siendo director de noticias, sindicalista, estudiante de la licenciatura de Derecho y poderoso periodista.
Víctor Hugo Salgado Granados, me enseñó de todo: desde leer adecuadamente los textos, hasta modular la voz –recuerdo mucho, una ocasión en la que Gabriel Efraín Castillo (otro grande de la locación en Morelos que ya murió) fue a entrevista a la estación. Escucho mi dicción y me aconsejo de pausas y como abrir la boca y a Víctor Hugo Salgado lo felicitó por la escuela que inicio. Yo no cabía del orgullo. Al día siguiente, seguí siendo un mortal más--, pero también a trabajar con hambre de las dos, a ponerme la camiseta de mi medio como una segunda piel y, sobretodo, a levantarme una y otra vez.
El destino nos separó, deje el radio y abrace la prensa escrita. La redacción y los numerosos textos que generaba con contenidos interesantes, eran mi fuerte; pero la radiodifusión, ya no se pudo sacar de mis venas. Ese tiempo, aprendiendo de él, me dio el estilo y personalidad que hasta ahora se mantiene y se agradece.
Los caminos profesionales nos colocaron por un tiempo a competir. Maestro y alumna por el mayor número de audiencias. Regrese temporalmente a Radiorama y lo volví a saludar. Le agradecí y perdonamos malos entendidos. Quedamos como amigos y muy en paz… Años después, compartimos horas viendo a los niños crecer --él a sus nietas y yo a mi crio--, a la sombra del parque “Melchor Ocampo” y reíamos con sus travesuras Nos volvimos a alejar y ya no pudimos platicar más.
El sábado en la Universidad, en la cafetería de la UNIVAC, nos dieron la noticia y el grupo se quedó en silencio y es que muchos de nosotros, abrevamos de su conocimiento y nos abrió el acceso a los medios. Hay ausencias que duelen y esa, la provocada por el fallecimiento de Víctor Hugo Salgado Granados, es una de ellas. No creo que alguno de sus pupilos, podamos llenar sus zapatos. Descanse en Paz.