Educación

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Eric García Jue, 28/11/2024 - 12:18

En los últimos años, ya sea en su familia, o en sus amistades y su comunidad ¿Cuántas veces ha escuchado que los niños fueron diagnosticados con TDA (Trastorno de déficit de Atención) y TDAH (con Hiperactividad)? Según sus propios recuerdos, ¿Considera que el TDAH va disminuyendo o va en aumento? Ok. Eso pareciera ser una situación que debe ser atendida por los padres, en aras de que sus hijos logren mantener su energía enfocada durante un periodo mayor de tiempo, en los temas relevantes que le ayudarán en su vida diaria. Ahora, ¿Cuántos casos ha escuchado de profesores con alguna alteración en su percepción? ¿Cuántos docentes están en tratamiento porque estar expuestos a esos NNA con TDAH?
¿Eso debería decirnos algo?
Cuando el chiquillo(a) no pone atención, se distrae, muestra poco interés, se muestra aburrido, generalmente asociamos esa conducta a elementos particulares que lo colocan en una categoría de comportamiento diferente la cual requiere atención especializada. Ahora, y como mero ejercicio ayúdeme a hacer lo siguiente: intentemos asociar la conducta del profesor o profesora a esa respuesta (por favor, no es personal, es sólo un ejercicio). Si el niño se distrae, el docente ¿Ya consideró que en el entorno hay otros estímulos adyacentes que le resulten más atractivos al estudiante? Si el alumno muestra aburrimiento ¿El docente ya consideró que su didáctica, o su dinámica no le resulta significativo al alumno? Si el alumno muestra poco interés en la clase ¿El docente ya corroboró que los canales de entrada de información (auditivo, visual, kinestésico) fueron considerados para el diseño de la clase para captar la mayor atención posible?
En el caso de los padres. Cuando el niño no culmina su tarea doméstica asignada ¿Le reprenden enérgicamente, le conminan amablemente a terminar o le permiten experimentar las consecuencias (que no castigos) de su inactividad? Cuando la niña se muestra poco interesada en las labores escolares ¿Le advierten que la maestra es muy estricta, le preparan un chocolate caliente, o dialogan con ella para comprender su falta de interés?
Una madre dice “yo haría cualquier cosa por mis hijos”, y la estadística nos indica que cada vez hay más mujeres que delegan el dialogo con sus hijos a un dispositivo móvil; que permiten navegar sin supervisión en la WEB; que han sustituido el movimiento por entretenimiento como si fueran sinónimos; que han sustituido “construir relaciones duraderas” por “construir efímeras comunidades virtuales”.
El factor movimiento en el proceso de enseñanza/aprendizaje es indispensable. No habrá una formación de calidad sin una adecuada interacción en experiencias de aprendizaje. Los chicos deben moverse, sentir, socializar, construir, motivar a los demás. De ahí viene el entusiasmo independiente, es decir, que él mismo encontrará un elemento para aplicar su entusiasmo, a veces dirigiendo, a veces dando ideas, a veces construyendo las ideas, a veces presentando las ideas, pero siempre en acción, siempre en movimiento.
La atención es decidir colocar nuestra energía en un solo estímulo por un periodo de tiempo mayor a lo demás. Entonces el talento del docente será encontrar aquellos elementos en los que el alumno se muestre interesado, curioso o entusiasmado. De este modo tendrá un compromiso activo. Participará casi sin exigencia porque le parecerá interesante, relevante, o hasta significante. Se debe intervenir sólo cuando sea necesario, ya que es importante que él sea quien identifique el error a través de experimentar e intentar aplicar nuevas hipótesis. De esta forma aseguramos que no haremos por él, nada que él ya sepa hacer. Con lo que sabe y con su energía interna, se motivará para concentrarse en lograr pequeñas victorias y desarrollar habilidades sobre la base del desenvolvimiento de sus capacidades. Cuando alcance mayores niveles de habilidad, entonces tendremos menores intervenciones.
Cabe destacar que una vez que el alumno o la alumna tomó acción, que se movió, que se enfrentó a esos pequeños o medianos éxitos, no será suficiente para generar un aprendizaje. Hace falta consolidar ese nuevo conocimiento a través del repaso espaciado, y sobre todo del descanso. Es aquí donde la higiene del sueño cobra principal relevancia. Debemos llegar a ese nivel donde la habilidad la apliquemos de manera automática. Donde el conocimiento haya pasado de tener toda nuestra atención, a realizarlo con menor esfuerzo y con un mayor grado de sistematización. En este punto estaremos en posibilidades de adquirir nuevos conocimientos.
No quiero minimizar los diagnósticos de TDAH, sólo quiero poner en perspectiva que hay estímulos externos y contextos individuales que pudieran favorecer esos trastornos. No pretendo satanizar el uso de la tecnología, sólo digo que un poco más de conciencia al restringir su uso y alentarlos a mover más su cuerpo en deportes o actividades al aire libre, puede ser favorable para reducir su falta de atención. La atención no se exige, se conquista. Eduquemos con acciones. Accionemos al educar. Promovamos la educacción.

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