En la era moderna de la educación en México, ni de lejos se avizoraba un escenario distópico como el que se vive en la actualidad ante el ambiente pandémico que priva en el ámbito glocal, mismo que inevitablemente atiende a una agenda de orden interméstico. El zigzagueante andar de las políticas públicas en materia educacional por parte de autoridades estatales y nacionales no termina de llegar a buen puerto, navega sin rumbo con el Covid19 siendo artífice de la turbulencia marítima producto de adentrarse en aguas profundas sin conocimiento de causa ni atender las recomendaciones de otros países que han hecho lo propio para contener en la medida de lo posible, una pandemia que no termina de amainar y nos tunde con una nueva ola, sin tener la claridad de si el oleaje será sempiterno. En este sentido, las Maestras y Maestros (MyM), reputado ejército intelectual que ha acompañado las grandes transformaciones del país se ha mantenido con loable estoicismo, atendiendo a niñas, niños y jóvenes ante condiciones adversas que ponen en riesgo su propia vida, situación que, además, viene acompañada por tácticas coercitivas de la autoridad educativa que amedrenta el quehacer laboral de quienes literalmente viven en la escuela, ya que las MyM no solo trabajan una jornada de ciertas horas ya que su carga conlleva dedicar varias tardes y noches a la revisión de las actividades, la planeación de los contenidos didácticos, el análisis de los avances en los aprendizajes esperados y, además, preocupados en atender una burocracia autocrática sin visión de miras y con el humanismo alejado a muchos kilómetros de su propio ser. En este hilo narrativo, hace unos días circuló en redes sociales, un mensaje signado en apariencia por la titular del Departamento de Secundarias Técnicas en el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos, Mtra. Doris Ayala Noriega, en el que se puede leer lo siguiente: “En virtud de que varias de las escuelas secundarias, con motivo de la propagación de Covid-19 han cambiado su modalidad de trabajo a clases a distancia, se reitera por este medio que estas acciones transgreden lo dispuesto en el Articulo SEGUNDO del Acuerdo 23 08 21 vigente que señala que ‘El servicio público educativo se brindará de forma presencial, responsable y ordenada en los términos que dispongan las Autoridades sanitarias’”. El texto continúa con la aseveración de que no se cumple con la detección temprana de casos y acciones escolares para reducir la propagación de la enfermedad y remata con lo siguiente: “Dado que el personal docente que atiende ese grupo ya tiene completo el esquema de vacunación que le corresponde, no requerirá de aislamiento, sólo debe estar atento a los signos y síntomas que pudieran desarrollarse en los 14 días posteriores al contacto con el alumno o docente sospechoso; si presentan síntomas si deberán aislarse en su domicilio”. Hay una pregunta inevitable, ¿quién está detrás de esta decisión?
Lacerante, por decir lo menos, el impostado fraseo de la encargada de despacho de dicha dependencia, quien orquesta una singular forma de hostigamiento laboral para las MyM del referido subsistema sin el conocimiento de lo que se vive en los planteles, sentada tras un escritorio en un plano acomodaticio sin la responsabilidad de conducir los destinos educativos en ningún espacio áulico y solo con pendencia burocrática en contra del gremio magisterial. La autoridad sindical y oficial, sin exoneración. El vacío de liderazgos con tendencia a la mejora de las prácticas educativas es evidente en la entidad, con personajes alejados de un trabajo que ven como demandante cuando debería ser oferente en el ámbito de actuar con diligente servicio en la función pública, finalmente la vocación de servir viene en el ADN del personal dedicado a las labores de docencia. Desafortunadamente, se ha campeado en la oscuridad de una burocracia dubitativa, inoperante, que administra los recursos del erario sin manifestaciones observables de donde impactan los recursos emanados del pueblo en una educación de calidad. Nunca será malo el aspiracionismo, siempre y cuando sea despolitizado y no se pise en el camino los derechos humanos de las y los trabajadores de la educación.
Conclusivamente el que redacta estas líneas, desea expresar que bajo la mirada pedagógica del columnismo de opinión, desde este espacio se han señalado omisiones, situaciones lacerantes, hechos y sucesos, con estricto respeto y apego a la verdad, con la libertad de conciencia que brinda no tener la mente y la pluma hipotecada. Se ha planteado la búsqueda constante y asidua de la veracidad de la información, persiguiendo en todo momento la objetividad por atención a las y los lectores, con una óptica pragmática vocacionada desde un ángulo periodístico. No obstante, esto ha provocado que se retenga al que escribe, desde el IEBEM, una prestación histórica del magisterio morelense, el aguinaldo que otorga el Gobierno del Estado de Morelos (2da. parte). Ante ello, solo expresaré y por única ocasión lo siguiente: rechazo categóricamente que se busque con artilugios gansteriles silenciar los espacios de opinión cuando estos representan la dualidad necesaria y el equilibrio mediático ante tiempos donde los disensos y diferencias de opinión deben servir para construir mejores espacios educativos para beneficio de la sociedad en general. Quien no comprenda que los temas de interés popular no tienen etiquetas, y que la crítica por lo mismo les es incómoda, seguramente están en el lugar y tiempo incorrectos. El compromiso de este espacio es por y para el magisterio, por convicción y dignidad profesional, hasta que luchar se haga una costumbre. En consonancia con el texto que antecede, ha de registrarse en abono, una frase de Evelyn Beatrice Hall que plantea de forma magistral las siguientes palabras: “Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”. Es cuánto.
Como siempre se afirma, el que hace el candado … hace la llave.
*IR