Es indispensable que ahora sí funcione a cabalidad el Centro Nacional de Identificación Humana (CNIH), en Xochitepec, por lo que madres buscadoras de desaparecidos piden a la gobernadora, Margarita González Saravia, que realice las gestiones indispensables ante la federación para su rescate.
El Colectivo Buscadoras del Sur hizo un llamado a la gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia, para que gestione ante la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo la reapertura, equipamiento y dotación de personal para la identificación de las personas halladas tanto en fosas clandestinas, lo mismo que en los anfiteatros de la entidad, que están sobresaturados, como lo refiere una de sus voceras, Jael Jacobo Lugo.
En torno a su reapertura y el intenso trabajo que en el debiera estar realizándose, refiere: “Claro que sí necesitamos su reapertura. Lo pedimos y lo exigimos, porque nos hace mucha falta a nosotras que estamos buscando a nuestros seres queridos”.
Tarea urgente es la identificación de los muchos cadáveres hallados en fosas clandestinas, pero también de los que están sin ser canalizados a sus familias: “Sabemos que en los Servicios Médicos Forenses hay muchísimos cuerpos sin identificar”.
Por tanto, puntualiza: “Nos ha afectado el cierre del Centro de Identificación, aunque en realidad nunca funcionó. Solamente se tomaron muestras genéticas. Desde mi perspectiva personal, considero que utilizaron la situación de los desaparecidos del estado de Morelos, como para que se dieran recursos”, afirma Jacobo Lugo.
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Y es que ese es parte del trasfondo del problema, porque en realidad jamás se supo dónde quedó el dinero que supuestamente se invirtió en el CNIH: “A pesar de la supuesta inversión, jamás funcionó, como si jamás existió”.
Cuestionada en torno a dónde se están enviando las muestras genéticas para la identificación de los restos que ellas, por su cuenta, encuentran y los que están en la morgue, refiere: “Nosotras se lo exigimos a la Fiscalía, y ya ellos sabrán a dónde los mandan. Sabemos que los están canalizando a la Guardia Nacional, a otras instituciones, por la crisis forense que hay en Morelos, pero a dónde los mandan, es su problema”.
De ahí la necesidad del Centro, y su exigencia de que se trabaje y se den resultados. Sin embargo, no hay confianza en que los cuerpos que les devuelven sean los de sus familiares: “No. Jamás habrá la confianza”. Si les entregan restos, cadáveres de personas que en realidad no son sus seres queridos genera nuevos problemas. Sobre cómo identificarlos y tener la certeza entonces, es la gran duda.
“Pues ya sería simplemente confiar en lo que dicta el corazón… No hay más”…