El saldo de la administración de Cuauhtémoc Blanco Bravo en la víspera de su cierre es haber colocado a Morelos como el quinto peor estado de la República en la generación de empleos. Y la tendencia empeora: en lo que va de 2024, ya se han perdido más de dos mil 600 empleos, de acuerdo a los reportes del IMSS.
En contraste, la Secretaría de Desarrollo Económico y del Trabajo ha señalado que del 2020 al 2023, de la mano del Fideicomiso Ejecutivo del Fondo de Competitividad y Promoción del Empleo (Fidecomp), perteneciente a la SDEyT, se han destinado más de 15 millones de pesos para el impulso de 503 proyectos productivos de nueva creación que han coadyuvado en la generación de mil 247 fuentes de trabajo, lo cual suma a la economía formal de las comunidades donde se han establecido.
Y, siguiendo con los contrastes, efectivamente, la inoperancia del gobierno estatal ha provocado el crecimiento del empleo, pero el informal, pues de acuerdo con datos ofrecidos por el líder de la Canaco-Servytur, Ricardo López Jiménez, el comercio ambulante se ha desbordado en Morelos, de manera que ya ocupa el octavo lugar nacional.
Y del mismo modo que la informalidad crea competencia desleal para los establecidos, también se crean empleos con salarios precarios y, lo que es peor, sin las prestaciones de ley indispensables, como acceso a servicios de salud, crédito para vivienda o ahorro para el retiro.
Y mientras el promedio nacional en materia de comercio informal es del 52 por ciento, en el caso Morelos lo rebasa por más de 10 puntos, ubicándolo con 63 por ciento.
Por si fuera poco, durante el gobierno de Blanco Bravo, que está agonizando, los programas sociales a favor de los que menos tienen fueron abandonados, en otra de las palpables muestras de la indolencia del exfutbolista.
De 21 programas sociales, solo dos se mantuvieron durante cuatro años, el resto su temporalidad fue menor, o simplemente no se les asignó presupuesto. Entre los que sí sobrevivieron a la voracidad o avidez de recursos del gobierno estatal figuran los destinados a los jóvenes.
El saldo es claro: cerca de la mitad de la población Morelense enfrenta problemas de pobreza, de acuerdo con cifras de CONEVAL. Y la pobreza salarial, aquella que no permite los ingresos suficientes para la adquisición de la canasta básica, también va en aumento, lo que impide a los padres de familia pagar renta, servicios como agua, energía eléctrica, transporte para que los hijos acudan a la escuela, porque simplemente no les alcanza ni para comer.
El declive en la generación de empleos formales es la constante en Morelos. Ciertamente los gobiernos no crean empleos, los fomentan a través de políticas económicas. Sin embargo, las cifras del IMSS ubicando la pérdida de empleos en 2024 es más contundente que el discurso triunfalista de un gobierno como el de Blanco Bravo.
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