El Grupo Comunista Internacionalista (GCI) surgió hacia finales de 1968. Cuando ingresé al CCH Atzcapotzalco, en 1971, la represión de los Halcones el 10 de junio, nos motivó a participar políticamente en contra de la represión. Ese año formamos el Club Juvenil “El Poder de la Razón” en la colonia Loma Bonita, en Cuautitlán, Estado de México, siendo la casa de nuestra familia el lugar de reunión y actividades sociales, culturales y políticas. Formamos un grupo de activistas que se llamó el Grupo Revolucionario Estudiantil que entró en contacto con militantes del GCI y nos reconocieron como simpatizantes. Publicamos un periódico que se llamaba “Virus Rojo” y lo distribuimos en las fábricas donde trabajaban mi hermana Altagracia y mi cuñada Lucila, como en la fábrica de Bulbos. La mayoría de mis amigos y amigas de juventud trabajaban en las fábricas de la zona y por ello rápidamente tuvimos oportunidad de realizar trabajo sindical, cuando en el GCI la mayoría de militantes éramos estudiantes o maestras y maestros que se habían formado en el movimiento estudiantil de 1968.
La represión del 10 de junio de 1971 fue un verdadero baño de fuego, porque supimos que la muerte y la desaparición o la cárcel nos pisaban los pasos. Nos dedicamos a estudiar profundamente las lecciones del 68 y la dialéctica de la revolución mundial, ya que para pasar de simpatizantes a militantes revolucionarios había que tener un conocimiento de los aspectos fundamentales del marxismo y las revoluciones socialistas del siglo XX. Para tener un mayor acercamiento al trotskismo era necesario leer y estudiar en grupos y círculos de simpatizantes, para tener derecho a emitir opiniones y posteriormente el derecho a decidir a través del voto al interior de las células. Entender los debates y asumir postura sobre temas complejos para quienes recién nos iniciamos en la vida política no era sencillo. Había que escuchar antes que hablar. Por ello fue un balde de agua fría la ruptura entre camaradas que recién conocía pero apreciaba. Decidí participar en una de las dos organizaciones en que se fracturó el GCI, saliendo camaradas que formaron el Grupo Rojo, para cada quien hacer su propia experiencia y volverse a reunir para estructurar la Liga Comunista Internacionalista y lograr la fusión con la Liga Socialista y una corriente de la Liga Obrera Marxista para dar paso a la fundación del PRT en 1976. Ya para entonces había migrado hacia Cuernavaca, donde se llevaban a cabo huelgas y manifestaciones de la clase trabajadora que formaba sindicatos independientes y democráticos que rompieron con la CTM y las centrales “charras” subordinadas al poder político priista, logrando romper el desfile oficial del Primero de Mayo de 1974. Por ello, luego de formar grupos de simpatizantes y comités de lucha de obreras y obreros en la industria automotriz, textil y de la confección del Valle de Cuernavaca, pudimos asistir con una delegación de Morelos al Congreso de Fundación del PRT en septiembre de 1976.
Los movimientos surgidos en los años 60s posteriores a la revolución cubana o a las luchas anticoloniales en otras latitudes del mundo, articuladas con los poderosos movimientos estudiantiles que estallaron en Estados Unidos y en Europa para extenderse por todo el mundo y que en México desarrolló el movimiento estudiantil popular de 1968 hasta su culminación represiva el 2 de octubre, así como las luchas antiburocráticas que se expresaron en Europa del Este desde Varsovia hasta Praga, fueron un alimento para desarrollar la dialéctica de los tres polos de la revolución mundial, que transformaron el mundo y pusieron en jaque a la Guerra Fría, abriendo nuevos senderos para la izquierda socialista, revolucionaria e internacionalista en todo el mundo.
Para elaborar una estrategia de transformación revolucionaria de la sociedad, se contó con las aportaciones teóricas de José Revueltas y el bagaje acumulado por generaciones de quienes participaron en las corrientes trotskistas en México, desde el propio León Trotsky durante su exilio en Coyoacán, las organizaciones que desde ahí surgieron ligadas a la Cuarta Internacional fundada en 1938.
El PRT fue fundado el 18 de septiembre de 1976. Su fundación fue resultado de la unificación de dos organizaciones previas, la Liga Comunista Internacionalista y la Liga Socialista, que tienen su origen en una de las organizaciones políticas que surgieron como producto de la importante movilización, nacional e internacionalmente, que representó el Movimiento Estudiantil Popular de 1968.
Los aniversarios sirven para abrevar en nuestras raíces históricas y celebrar que la vida militante nos fortalece para seguir luchando colectivamente por una izquierda socialista que es posible y necesaria en México. Hoy es más urgente que nunca fortalecer las luchas independientes para defender los derechos humanos ante la militarización y la continuidad de las políticas antipopulares.
A 10 años no están solos en la lucha por verdad y justicia para los 43 desaparecidos de Ayotzinapa
Desde las organizaciones sociales y sindicales del Pacto Morelos por la Soberanía Alimentaria y Energética y los Derechos de las y los Trabajadores, expresamos nuestra solidaridad con la lucha que sostienen las madres y padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa por alcanzar la verdad y la justicia para sus hijos víctimas de desaparición forzada desde el 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero. La esperanza de encontrar la verdad y la justicia para los 43 desaparecidos de Ayotzinapa se mantiene a pesar de que éste 26 de septiembre se cumplirán ya 10 años de que fueron desaparecidos en Iguala, Guerrero. No solamente los grupos criminales ligados al tráfico de drogas participaron en la desaparición, sino que contaron con la complicidad de un entramado institucional represivo que se ha mantenido durante décadas, como lo ha documentado la misma investigación de la Comisión para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico creada por el gobierno de López Obrador. Fue el Estado y fue el Ejército.
Marcha del Calvario al Zócalo de Cuernavaca a las 4 de la tarde de éste 26 de septiembre de 2024.