En este 19 de septiembre, México honra y tiene fresca la memoria de las víctimas de los terremotos de 1985 y 2017, hechos que nos causaron gran dolor, pero también nos hicieron una nación más fuerte y más unida. Las experiencias vividas, no se borran fácil y cada generación que fue testigo de estos siniestros, se llevan una enseñanza en particular, muchas veces, con sabor a melancolía y dolor por los que ya no están.
En Morelos, el sismo del 2017 nos dejó una gran herida: perdimos entre los escombros a nuestros amigos y vimos caer nuestro patrimonio en medio de la polvareda; muchos supimos del hambre y de las carencias y otros, de la solidaridad infinita de nacionales y extranjeros en forma de tiendas, despensas y utilitarios; otros, los que gobernaban en ese entonces, vieron la oportunidad de llenarse los bolsillos de dinero y la conciencia de pecados. Muchos, seguimos esperando ver caer la justicia sobre estos últimos que, aprovechando la crisis, se hicieron de recursos mal habidos y desviaron los tráileres llenos de despensas y apoyo internacional a sus bodegas, bajo el pretexto de contabilizar las donaciones y de frenar la rapiña de quienes estaban por mucho, necesitados del apoyo gubernamental. Más aun, esperanzados, quisiéramos ver el inicio de procesos, en contra de aquellos que falsificaron firmas y nunca entregaron los apoyos asignados para que cientos de morelenses levantaran sus casas y sus vidas, desde la nada… ¿Qué paso con ellos? ¿y los responsables de tanta pillería, donde están?, pues, esos (muchos), quedaron impunes, beneficiados por la ignorancia de un gobernante que no hizo, no quiso, no pudo, no deseo hacer nada en contra de ellos... Los años han pasado y parece que los procesos han perdido su vigencia.
Ayer, en medio de este momento de catarsis y de nostalgia pública, que nos traen a golpe de recuerdo las conmemoraciones de los sismos en México; Morelos apareció en la agenda de “La Mañanera” –por cierto, uno de los últimos actos públicos del Presidente Andrés Manuel López Obrador--, como referente de los trabajos realizados al amparo del Programa Nacional de Reconstrucción en la entidad, luego del sismo del 19 de septiembre de 2017.
Fue el gobernador suplente, Samuel Sotelo quien apareció en un enlace en vivo desde el exconvento de San Juan Bautista, en el municipio de Tlayacapan y quién le reportó al mandatario, que al momento se tiene un 97 por ciento de avance en la reconstrucción de los daños que dejo el sismo en la entidad.
El Programa Nacional de Reconstrucción invirtió en Morelos, un poco más de tres mil 60 millones de pesos y se generaron 26 mil 271 empleos para llevar a cabo las labores tras el sismo que dejó múltiples daños.
La numeraria nos detalló que 350 instalaciones del sector educativo se atendieron en 34 municipios, además de atender daños en 53 unidades del sector salud y hospitalario en 20 municipios fueron atendidas tras los daños sufridos; tres unidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fueron intervenidas en tres municipios, 468 centros y espacios culturales se atendieron en 34 municipios.
Siendo entre las obras más emblemáticas recuperadas en Morelos; el Templo y Exconvento de San Juan Bautista en Tlayacapan, considerado Patrimonio de la Humanidad y el Templo y Exconvento de Santo Domingo de Guzmán, en Tlaquiltenango…
POR CIERTO... Los Sistemas de Alerta Sísmica Temprana, son una de las herramientas más novedosas, desarrolladas en la última década, para prevenir un sismo. Sin embargo, en entidades como Morelos, su instalación es opcional y no obligatoria.
En este contexto, el diputado local, Alfonso de Jesús Sotelo, se pronunció por la actualización de la normatividad local, en materia de prevención desastres y adelantó que realizará la presentación de una iniciativa que actualice y extienda su campo de acción incluyendo las contingencias por el desbordamiento de ríos y cauces por las lluvias y la implementación de un sistema de Alertamiento Sísmico. Dijo que esta iniciativa, es muy integral y que no solo atenderán los casos de sismos, sino el ordenamiento que obligará a los encargados de protección civil y hasta comisariados ejidales, a atender y salvaguardar la vida de las personas y su patrimonio material: “Hablar de las alertas sísmicas, es uno de los temas que se tiene considerados, no nada más para las empresas, sino también para las escuelas y los espacios de concurrencia publica, a fin de que todas las personas estemos en condiciones en atender las contingencias”.
En otras entidades del país, como la Ciudad de México y el Estado de México, es obligatorio que en donde haya un grupo de personas reunidas por lapsos amplios de tiempo, se instalen sistemas de alertamiento sísmico; en Morelos ¿lo habrá?