A esta hora que usted esté leyendo el presente trabajo, la Reforma Judicial a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya estará aprobada por varios Congresos estatales. Ha sido una premura enorme la del Presidente dando indicaciones a través de la Secretaría de Gobierno y de la Dirección Nacional de Morena para que tanto en la Cámara de Diputados y Senadores del Congreso de la Unión, así como en los Congresos Estatales han estado trabajando a marchas forzadas. Estos Diputados Federales, Senadores y Diputados Locales, que supuestamente deberían estar representando al pueblo y deberían revisar, analizar, reflexionar, debatir una Ley de tal calado, pero no fue así. Las instrucciones presidenciales fueron tajantes, apruébese lo más pronto posible. Y el poder legislativo que tendría que ser un contrapeso en los órdenes federal y estatal, sucumben ante el poder ejecutivo. Tristemente, una realidad. Con ello se da apertura al famoso Plan C del presidente, que no pudo con el Plan A, ni con el Pan B en las anteriores legislaturas del Congreso de la Unión, pero hoy con la manipulación de la ley integraron al Congreso de la Unión de forma permisiva por parte del INE para completar la mayoría absoluta. Se logró la Cámara de Diputados a modo, mas no en la de Senadores. Sin embargo, ese no fue el obstáculo, pues solo faltaba un voto para ser la mayoría en el Senado, que tanto se ansiaba. Y encontraron al tipo perfecto para que les diera el voto ansiado. Miembro de la oposición, postulado por el PAN, Senador de la Primera minoría y con quien se conjuntaban todas las condiciones para obligarlo a votar en favor de la reforma, uniéndose así al bloque oficialista. Y lo lograron. Es el individuo perfecto. Miguel Ángel Yunes Márquez, acusado de delitos graves, como pederastia y enriquecimiento ilícito entre otros. Bueno. No tan solo él, varios integrantes de la familia Yunes con carpetas judicializadas, con la amenaza de orden de aprehensión, postulado por el PAN, es convencido para que, mediante una truculenta acción, propia de la política mexicana, porque no es la primera vez que se pone en práctica, solicita licencia al escaño y nombran a su suplente que es su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, para que este a su vez vote en favor de la Reforma. Así es como se ha consumado modificación a la Constitución. Principalmente la propuesta para que los ministros, magistados y jueces sean elegidos por voto popular, tal como hoy se eligen diputados y senadores.
Lo anterior es lo más ruin que el presidente ha propuesto y encontrado eco para su aprobación, aprovechando en el resentimiento de la ciudadanía, en la que principalmente aducen que los ministros tienen los más alto salarios mensuales.
Es cierto que el poder judicial está plagado de corrupción, nepotismo y manipulación de procesos judiciales afectando principalmente a ciudadanos. A cualquier orden, llámese poder judicial federal o estatales. Durante años, décadas, el poder judicial ha aprovechado la independencia que tiene en el manejo del presupuesto y se beneficia a grupos de intereses particulares. Ya ni se diga el nepotismo a todos los niveles. Esto ha sido tomado como bandera por el presidente para convencer a la ciudadanía que es necesaria la Reforma Judicial. Por eso hoy, muchos mexicanos piensan que es muy atinada esta acción.
Pero el daño colateral viene conjuntándose, puesto que, al modificar el proceso para elegir a un juez, a un magistrado o a un ministro, será elegido por simpatía y no por méritos de formación de carrera judicial, lo que provocará que sus decisiones serán de acuerdo a como lo requieran los grupos de interés particular como son la dirección de los partidos políticos, o los integrantes del ejecutivo. Y hoy está comprobadísimo, del cómo se está aprobando esta Ley. La prueba de que los electos popularmente sucumben al poder del ejecutivo. Este impacto va a cambiar toda la estructura y la vida política, democrática, de seguridad, económica y de estabilidad nacional. Hoy se ha desatado la amenaza de una agitación política. Se anuncian un clima de protestas, amparos, desacatos, vuelo de inversiones extranjeras, rompimiento de relaciones comerciales y diplomáticas. Hasta el TMEC está en riesgo. Los próximos días nos mostrarán la realidad.