A la postre de una acalorada aprobación de la llamada Reforma Judicial, si bien, todos conocemos los detalles con los que se dio dicha aprobación, considero importante que, como sociedad hagamos una profunda reflexión respecto a los hechos.
Es verdad que la discusión que se dio en la Cámara de Diputados estuvo por mucho opacada por las diversas protestas que se dieron a las afueras de San Lázaro, mismas que orillaron a los diputados que forman parte de la llamada 4T a la tomar la decisión de sesionar en una “sede alterna” (si así se le puede llamar a las canchas de un deportivo). Ahí, ya era bien sabido que la reforma pasaría sin problema alguno, pues ni el PRI, PAN, el extinto PRD, y Movimiento Ciudadano, cuenta con la representación suficiente para contrarestar a la aplastante mayoría de MORENA y sus aliados.
Lo interesante y preocupante de la reforma se tenía que dar en Senado de la República, pues ahí, hasta antes del pasado martes, al oficialismo le hacía falta 1 voto para poder lograr la mayoría calificada que exige una reforma constitucional como lo es la judicial.
Pero antes de hablar de como se logró la obtención de dicho voto y de los hechos por demás históricos que sucedieron en la sede de Reforma, me gustaría hablar un poco de la retórica con la que la mayoría de los legisladores cuatrotransformistas se dirigieron a los ciudadanos para convencerlos de apoyar la reforma, pues nos guste o no, existe un enorme número de ciudadanos que respaldan la aprobación del proyecto, pero desafortunadamente en esa mayoría son pocos los verdaderamente intelectuales que estudiaron la propuesta y terminaron por convencerse.
Me es necesario aclarar, que por ningún motivo busco menospreciar a nadie respecto de su educación o estatus socio-económico, sin embargo, tenemos que ser realistas, la 4T tiene su mayor número de seguidores en un sector de la población marginado históricamente, esos a los que Mariano Azuela nos llamo como “los de abajo”. Ahí, la gran mayoría su situación de vida apenas les permite acceder a parte de la educación básica (preparatoria cuando corren con suerte). La marginación a la que este sector ha sido sometido incluye entre ello el nulo acceso a la justicia de este país.
Y entonces, ahí la 4T encontró la formula perfecta (carencia + necesidad = respaldo) porque si un mexicano promedio incluso con estudios superiores desconoce cuál es la jerarquización y división de los poderes, para los de abajo eso ni siquiera existe.
Los legisladores, esos a los que el pueblo voto; es verdad que salieron a realizar múltiples foros para hablar de la reforma, mismos que, por cierto, habrá que cuestionarles de donde se financiaron. Pero en esos foros jamás se dieron el tiempo de explicarle a la gente que la justicia trabaja con dos poderes, sí, el judicial, pero también el ejecutivo, ese que hoy encabeza López y que habrá de encabezar Sheinbaum.
A la gente no le explicaron que la investigación de un delito no la realizan los jueces, sino, el poder ejecutivo en la figura de las fiscalías, que por conducto de los agentes del ministerio públicos, son quienes llevan a cabo las indagatorias a efecto de esclarecer un hecho catalogado como ilícito; y una vez realizado su trabajo, entonces sí deben acudir ante un juez de primera instancia, quién determinará si la acusación que realizó el ministerio público fue acordé a derecho o no. Entonces habría que ir preparando la reforma ejecutiva a las fiscalías, porque, a senadoras y senadores como Ernestina Godoy y Omar García Harfuch se les olvida que, si hoy hay delincuentes que han tenido que ser liberados, es por una mala ejecución del trabajo de personas en puestos como los que ellos han ocupado y que insisto, son pertenecientes al poder ejecutivo, no al judicial.
Entonces, el lema de que “con el pueblo todo, y sin el pueblo nada”, ¿es a conveniencia?, ¿es un todo, pero solamente con lo que yo te diga?, no se suponía que, ¿eso era lo que se buscaba eliminar cuando la oposición gobernaba?
Y hablando de pueblo, pues también ya quedo claro cual es su concepto, el pueblo para ellos es el que no les cuestiona, el que se queda callado, el que como siempre solo agacha la cabeza, y que, como ellos, cuando les preguntan ¿Qué hora es? Habrán de responder: -la que usted diga señor presidente-.
Por qué, aunque no les guste, el pueblo también era ese que se mantuvo a las afueras de las sedes legislativas, el pueblo también merece ser escucha aun cuando no les guste, el pueblo también se manifiesta y tiene derecho a entrar al pleno cuando se sesiona, ¿Qué no el senado es “la casa del pueblo”? porqué, se les olvido cuando los estudiantes y trabajadores del poder judicial entraron a la sesión del martes, por qué, “los derecho del pueblo” se les olvido cuando se atrincheraron en la sede de Xicoténcatl mientras afuera granaderos (también del ejecutivo) gaseaban a los manifestantes.
En una cosa si habremos de estar de acuerdo con el oficialismo, y es en el profundo rechazo que gran parte de los mexicanos sienten hacía quienes hoy conforman la oposición. Ahí sí, ni como revirar, pues aunque no nos guste y aunque algún porcentaje importan fue bajo coacción, la realidad es que a la oposición le hizo falta mucho trabajo para lograr al menos unos cuantos representantes más. Sin embargo, que no canten victoria, porque como ellos mismos lo dijeron, el pueblo tiene memoria, y quien no les dice que probablemente en 3 años, si aun no terminan de matar la poca libertad que le queda a este país, será el mismo pueblo el que les juzgue por el delito de asesinato en contra del único poder que no les servía.
FB. Xóchitl Azpiazu
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