Las infecciones agudas de las vías respiratorias altas son un motivo más para la consulta al médico de atención primaria. Se entiende como vía aérea superior el área anatómica que se extiende desde las fosas nasales anteriores hasta la laringe y que incluye, como principales regiones, la nariz, los senos paranasales, el oído medio, la faringe, la laringe y las estructuras amigdalares. En muchas ocasiones las infecciones respiratorias altas se deben a agentes virales, por lo que suelen ser benignas y cursar de forma autolimitada. Sin embargo, en determinadas ocasiones la causa puede ser bacteriana, y en tal caso un tratamiento antibiótico correcto y precoz puede conseguir una respuesta clínica adecuada y rápida.
El catarro o resfriado común, la sinusitis, la faringitis, la laringotraqueítis y la epiglotitis son las principales enfermedades infecciosas que afectan a la vía aérea superior.
Las Infecciones respiratorias agudas bajas afectan los oídos, nariz y garganta, pudiendo llegar hasta los pulmones, generando complicaciones en las vías respiratorias. Estas enfermedades afectan a toda la población.
Las enfermedades respiratorias afectan a las vías nasales, los bronquios y los pulmones y son principalmente: la gripe, resfriado común, rinitis, rinosinusitis, faringitis, amigdalitis, bronquitis, enfisema pulmonar, asma, neumonía y cáncer de pulmón.
Algunas manifestaciones de ellas, son: tos persistente, secreciones respiratorias, dolor de garganta, fiebre, estornudos, obstrucción nasal, inflamación del revestimiento mucoso de la nariz, afectación de las cavidades para nasales, fiebre, dolor al tragar, dolor de oído, dolor de cabeza, dificultad para respirar, insomnio, fatiga, silbidos en el pecho, escalofríos, dolor en el pecho, pérdida del apetito, respiración rápida y agitada, pérdida del olfato e impedimento a la respiración normal.
El impacto de estas enfermedades varía de una persona a otra, de acuerdo a la afección en cuestión, su grado, tiempo de evolución, estado físico y edad del paciente.
Bajo este contexto, a finales de los años 40s y en la década de los años 50s, la vacuna contra la tuberculosis empezó a ser aplicada en la población infantil para combatir esta grave enfermedad, coincidentemente comenzaron a presentarse con frecuencia en niños y adultos, enfermedades de las vías respiratorias, entre ellas el asma.
El experimentado médico chiapaneco Fernán Pavía Farrera, siendo consultado por varios pacientes inició en ésa época la investigación en casos concretos, dada la frecuencia de estas patologías resistentes a los medicamentos suministrados, lo cual sugirió como principal sospecha la aplicación de la vacuna contra la tuberculosis.
El origen de la sospecha fue, el hecho de que en los años 40s dichas enfermedades no se presentaban, sino hasta después de la aplicación de la vacuna.
De las investigaciones que hiciera el Doctor Pavía, se detectó que un componente de la vacuna originaba una bacteria que ocasionaba síntomas diversos en vías respiratorias y al ubicarse en los pulmones permanecía en forma latente.
La cura para la tuberculosis fue sacada de la bacteria que generaba esta enfermedad en las vacas, bacteria que producía defensas para los casos de meningitis tuberculosa, pero no evitaba la tuberculosis pulmonar.
Con base en estos resultados, Fernán Pavía comenzó a dar tratamientos para combatir dichas patologías, esto de acuerdo con el peso y edad de los diferentes pacientes. Los beneficios se dieron a conocer en forma privada, teniendo en su haber miles de niños y adultos, tratados con éxito.
Hoy en día, el riesgo de enfermedades graves se da cuando existe una primo infección que padecen muchos de los adultos mayores quienes recibieron la aplicación de la vacuna de referencia siendo niños.
Desde entonces, el especialista ha recomendado a sus pacientes, tomarse una radiografía de tórax, examen básico sobre el cual se funda el diagnóstico pues cada uno de los elementos de una primo infección no tratada puede ser refugio de bacilos y moléculas respectivamente, las que pudieran buscar la oportunidad de generar enfermedades como la neumonía que para el caso, se viene dando en personas mayores de setenta años que siendo niños fueran vacunados con la multicitada vacuna en aquella época, por lo que dicho sector es el más vulnerable de la población con mayor mortandad por el hoy famoso coronavirus.
Conforme a la opinión de expertos y visto el contenido de los apartados anteriores, sabiendo que el coronavirus no es un organismo vivo, sino una molécula de proteina cubierta por una capa protectora de lípido y que al ser absorbida por las células mucosas ocular, nasal o bucal, se cambia el código genético de ellas, así convirtiéndolas en células agresoras y multiplicadoras, que encuentran un paraiso en los pulmones ya dañados, es cuando resultan las sospechas de que algo tiene que ver con las vacunas y sus experimentos.
Así que, a todo lo que se ha dicho e investigado, considero debe sumarse lo que el Doctor Pavía, opinó en un momento histórico, no sin antes expresar que en la década ya citada, se trataba de establecer defensas contra una enfermedad.
Ahora bien, a partir de que el hombre ya dividió el átomo considerado siempre indivisible en física y en biología, pudiera estarse usando este experimento en forma equivocada, provocando con ello enfermedades desconocidas.
El código genético es el término que se usa para nombrar la forma en que las cuatro bases del ADN - A, C, G y T - se encadenan de forma que la maquinaria celular, el ribosoma, pueda leerlos y convertirlos en una proteína.
Curiosamente las guerras se ven acompañadas de enfermedades, o bien, las enfermedades se ven acompañadas de guerras. Lo que si es cierto es que no existe una guerra en donde dejen de aparecer enfermedades, es por ello que vale la pena nombrar las guerras actuales que se están desarrollando: junto a la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, que acumula miles de muertos desde el 7 de octubre, y la invasión rusa de Ucrania, que ya cumplió dos años, tenemos en este momento los siguientes conflictos armados a gran escala en Burkina Faso, Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria, Siria, Rusia y Ukrania que han causado miles de muertos y heridos, y; producido muchas enfermedades no conocidas, porque se están utilizando armas bélicas a partir de muchos experimentos químicos y biológicos.
Me pregunto qué sigue.