Federación de Chiapas

Federación de Chiapas
Miguel Arcadio Cruz Jue, 05/09/2024 - 12:45

Muchos y diversos capítulos de la historia de Chiapas, la hacen distinta y distante de la de los demás estados de la República, digamos, la hacen más compleja. El Maestro Lisbona, refiere al respecto, que la misma está llena de capítulos controvertidos en su contenido político, social, económico, religioso e ideológico.
En diferentes foros, he afirmado que, debemos estudiar los orígenes y desarrollo de Chiapas  - sus motivaciones, esperanzas, éxitos -  a la luz de la historia, y no así por acontecimientos políticos, logros materiales, cambios sexenales u otras cosas. Ciertamente corresponde a todos hacerlo, tanto en el centro, como en la propia entidad. Son pocos los  investigadores que se vienen dedicando a ello, y poco el presupuesto asignado, por lo que, debemos provocar debates historiográficos y recomendar a las instituciones de educación superior, para que alumnos y maestros aporten un mayor número de investigaciones y vías para su futuro estudio, así  llegar a desentrañarla.
Aparece compleja desde la época precolombina, porque el territorio de Chiapas, se encontraba poblado por varias tribus, entre ellas, la Quiché, un poco más adelante, estuvieron asentadas cinco naciones, a saber: los Chiapanecas, los Quelemes, los Zoques, los Lacandones, y los Mames. También recibió migraciones de los Olmecas, Aztecas y Toltecas.
Son personajes en la conquista: Juan de Grijalva, Luis Marín, Pedro de Alvarado y Diego de Mazariegos. En la época de la colonia, Chiapas, dependía de la Capitanía General de Guatemala y es la Independencia de México, quien ejerce en los chiapanecos, la influencia para determinar también su separación, tanto de España como de las delimitaciones político-administrativas de la propia Capitanía de Guatemala.
Es el 16 de enero de 1822, cuando por Decreto de la Regencia, se declara que la provincia de Chiapas, queda separada de España y de la Capitanía de Guatemala, incorporándose al Imperio Mexicano, quedando legitimado el Decreto, el 12 de septiembre de 1824, cuando se llaman a la vista los trabajos de las comisiones de padrones y pronunciamientos de los doce partidos, de los ciento cuatro pueblos y de los ciento setenta y dos mil novecientos cincuenta y tres personas. 
Así, la Suprema Junta Provisional, califica y discute los pronunciamientos particulares, para concluir que, por la Federación de la República Mexicana, se habían pronunciado noventa y seis mil ochocientos veinte y nueve almas. 
Al concluir todo ello,  el 14 de septiembre de 1824, en reunión extraordinaria, la Junta Suprema, hace el pronunciamiento solemne de Federación ante el señor Agente del Supremo Gobierno de la Nación Mexicana, haciéndose notar que, los pueblos del Estado, externaron franca y libremente su voluntad de pertenecer a México. Así concluye este proceso, con la aprobación de la Unión de Chiapas a la Federación Mexicana, el dos de octubre de 1824.
Este breve repaso cronológico, en su proceso contiene un sinnúmero de incidentes e intervenciones de gentes mucho muy destacadas de la época a las que, no se les ha hecho justicia, son cuestiones que deben  provocar el que sea permanente la consideración sobre el pasado, por lo que recomiendo que hay trabajar en la construcción de un mejor conocimiento histórico que nos sirva para fortalecer la identidad, así enfrentar los retos presentes y futuros, pues somos los chiapanecos herederos de un gran esfuerzo local y debemos sentirnos orgullosos de ello. Como miembros de esta generación, tenemos la obligación de dedicar parte de nuestro esfuerzo para analizar nuestro pasado, atendiendo que la gestación de Chiapas, como estado miembro de la Federación, se da a través de años, cuando la nación mexicana consolidaba su independencia. También, tenemos la obligación de transmitir nuestra historia hacia aquellos que la desconocen, hacia los “chiapanecólogos” y hacia quienes lo necesiten, porque en ella hay sentimientos, hay participación de personas, hay participación de grupos poco estudiados en la capital y norte del país, y puesto que en ella encontramos explicación de muchos de nuestros rasgos de personalidad más relevantes.
En efecto, hay que provocar la realización de más estudios que sean más conciliadores, quizá con ello se rompa la indiferencia central, fortaleciendo la identidad de los chiapanecos y su mexicanidad, hay que provocar que sea de mayor amplitud y que penetre a todos los espacios de la enseñanza, haciendo hincapié que, como refiere el Maestro Lisbona, conozcamos que en la participación de nuestra hermosa historia es muy común observar grupos sociales heterogéneos que vivieron intensamente los momentos, incluso sin pertenecer a bandos beligerantes, sin compartir ideas traídas del centro y porque simplemente las circunstancias del caso no se daban en ése momento histórico.
Creo firmemente que, solo puede existir un mecanismo para conocer Chiapas, su historia. Creo firmemente que, este mecanismo puede servir para encontrar respuestas, para encontrar reciprocidad. A nadie escapa la queja permanente de la sociedad chiapaneca por la indiferencia del centro, 
Como muestra un ejemplo, en éstas fechas en que las hermosas mujeres se han puesto tanto de moda, he de referirme a Rosario Castellanos, cuando afirmaba en 1966, lo siguiente: “cuatrocientos años son muchos para que la denuncia de una injusticia no haya sido atendida más que a ratos y subsanada más que de modo parcial”, por supuesto que se refería al problema indígena y a la denuncia hecha por Fray Bartolomé de las Casas, hace tantos años.
De tal suerte que, hoy que se cumple el 200 Aniversario de la Federación de Chiapas, persiste la indiferencia, persiste el desconocimiento de nuestra historia, persiste la apatía, persisten los problemas, en consecuencia, apuntemos y hagamos que la historia, sea el único mecanismo de interlocución hacia el centro, con él, podremos explicarnos, y podrán entendernos.  
Así que, entendiendo la historia y tratándose de impulsar una reforma integral del sistema político, es preciso  que se promueva el ejercicio a plenitud de los derechos de los ayuntamientos y entidades federativas, por ello, es importante abrir la discusión en torno a la conveniencia de incorporarla como figura que conlleve a una nueva arquitectura federal .
Creo que se debe establecer una estrategia con el concurso de las demás entidades federativas, para hacer funcional la distribución de competencias, jurisdicciones, facultades y atribuciones de los tres niveles de gobierno, así distribuir el poder en el ámbito territorial. 
Capítulo que debe servir como mecanismo de interlocución ante el gobierno central, porque la historia de Chiapas, es distinta y distante de la de los demás estados de la República, lo cual significa que, la fuerza de su historia, debe hacerse valer para privilegiar el federalismo. 
El dos de junio pasado, se da por agotado un capítulo, y se presenta una nueva cartografía política, por eso, hay que proponer la incorporación a la Constitución de novedosos mecanismos, como: crear una ley, que impida, la forma unilateral en que se otorgan los permisos, autorizaciones y concesiones federales en la explotación de los recursos naturales, una ley que permita la representación de los gobiernos de los Estados en las dependencias federales, para ejercer el derecho de  planeación desde una perspectiva local para la ejecución de programas.  
Concluyendo, es de imperiosa necesidad establecer una nueva arquitectura federal,  como un instrumento eficaz de organización, equilibrio e identidad nacional. Para lo cual, Chiapas puede pedir la renovación del pacto federal, estableciendo nuevos alcances, equilibrios, y así complementar necesidades. 
Esto se puede hacer, en forma gradual, diferenciada, participativa, delimitando facultades, atribuciones, y distribuciones, así evitar facultades concurrentes, ampliar potestades tributarias, permitir los acuerdos interestatales e intermunicipales, y todo ello, bajo el amparo de la nueva ley, propuesta por las legislaturas local y federal.
De ello, resultaría que Chiapas se beneficiaría con más recursos, recursos que le corresponden a partir de toda la producción que beneficia a la Federación, como ejemplo: la producción eléctrica.
En conclusión, en la búsqueda de la reciprocidad económica vía presupuestal, el instrumento debe ser la historia, bajo la máxima de: “A cada quien según su necesidad según su capacidad”.

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