La derecha desde siempre se ha caracterizado por ser violenta y manipuladora. A través de la historia hemos visto como desarrollan regímenes autoritarios y dictatoriales con suma facilidad. Los más destacados son el nacional socialismo de Hitler en Alemania que fue un régimen totalitario de extrema derecha que suprimió derechos y libertades de la población, pero sobre todo de los opositores. En Chile Augusto Pinochet instauró un régimen militar producto de un golpe de estado para derrocar a Salvador Allende quien había ganado las elecciones impulsado por una coalición de partidos de izquierda, sin embargo, la extrema derecha impulsa un régimen militar que suprime derechos y extermina a sus opositores. Estos dos casos ejemplifican claramente la tendencia de la gran mayoría de las dictaduras en el mundo de la derecha extrema que oprime y reprime a quienes se oponen a ella.
Este comentario viene a colación en virtud de la terrible campaña mediática que se ha desatado a propósito de las elecciones en Venezuela y que culminan con la victoria en las urnas de Nicolas Maduro postulado por la izquierda venezolana. En México los medios de comunicación conservadores han desatado una campaña tendenciosa para desacreditar por completo el triunfo de Maduro y pretender hacer ver el proceso como amañado para intentar posicionar a la derecha.
La victoria de la izquierda en Venezuela fue con poco más del 50% de los votos contra 44% de la oposición, lo que los estimula para cuestionar los resultados e incluso hablar de fraude sin elementos y con una clara estrategia mediática para pretender confundir y hacer parecer que tienen la razón. Conforme avanzan los días sus protestas se han tornado violentas y arriesgando a sus seguidores a ser detenidos por transgredir el orden público, lo que demuestra que están dispuestos a violentar el proceso para descarrilar la elección.
Esa es una constante de su forma de actuar cuando pierden elecciones por el voto popular, violentan y arengan a sus simpatizantes a cometer actos de desorden público. En nuestro país eso no ocurrió porque el triunfo de la izquierda fue contundente. La decisión mayoritaria fue masiva y eso evitó que los opositores tuviesen alguna oportunidad de descarrilar lo que el pueblo decidió con su voto.
El proyecto transformador se consolida porque es aceptado por una inmensa mayoría que nota resultados positivos en varios rubros que favorecen su forma de vivir. A pesar de los intentos manipuladores de la derecha y de algunos patiños que van encontrando en el camino, el pueblo sabe diferenciar entre una forma de gobierno que hundió y condeno al país, por mas de 40 años, a vivir en la mediocridad que generan las migajas que iban dejando en el camino los depredadores que gobernaron y que con mentiras prometieron bienestar y solo dejaron pobreza y violencia.
Por esa razón buscan desacreditar los triunfos progresistas que van obteniendo poco a poco los diferentes gobiernos en Latinoamérica y en el mundo. El pueblo esta despertando y ello implica que a pesar de los intentos manipuladores de la derecha y las mentiras y engaños que usan como argumentos de convencimiento, el ala progresista sigue avanzando en el mundo y aunque de pronto parece que la derecha comienza a ganar terreno la realidad es que no es así. Para bien de las mayorías la izquierda se consolida como forma de gobierno y avanza con propuestas de bienestar para la población en general.
En México están por comenzar 6 años más de bienestar, de auge económico y de finanzas sanas que benefician a su pueblo. El pendiente es la inseguridad que genera el crimen organizado, tema controversial y complejo pero que hay que enfrentar para aspirar a mejorar y dar certeza a la población. Sin duda, el bienestar será un factor fundamental para disminuir la inseguridad en el país y si se acompaña de una buena estrategia de prevención y contención, seguramente veremos resultados en el corto plazo.
Tanto en el país como en Morelos es importante que las estrategias se empaten y esto permita ser más eficientes en el momento de desarrollar la tarea para obtener un buen resultado. Así será, y por ello la izquierda seguirá gobernando varios sexenios más.