Vale la pena

Mirador 21

La reconciliación es importante en un estado como el de Morelos que requiere de sumas y multiplicaciones, más allá de las restas naturales que genera una contienda electoral, como la recién terminada, pero sobre todo más allá de las grandes divisiones que han venido causando las diferencias políticas e ideológicas. Lo advertimos y posteriormente vivimos, cada tres años, cuando los procesos electorales dejan muchas confrontaciones entre la sociedad, incluso entre familias, siendo que en realidad los procesos de cambio nos deben unir para que sean de mayor impacto y beneficio para todos.
Por eso es necesario que, los políticos que en su momento motivaron o impulsaron la contienda, más allá de lo electoral, asuman que justo deben ser los principales impulsores de la paz social y la armonía entre ciudadanos, hayan ganado o no, su responsabilidad como líderes sociales es la sana convivencia.
Las elecciones se ganan con propuestas, aunque en los últimos procesos en nuestro país, las estrategias de guerra sucia han manchado el desarrollo de las campañas y con ello las relaciones interpersonales. Es necesario no olvidar que los procesos electorales tienen una temporalidad mínima y los gobiernos requieren gobernabilidad al menos durante tres años.  
Hoy la primera obligación de quienes lograron un triunfo en las urnas es motivar, en la forma que esté a su alcance, la reconciliación social. Cualquier acción o pronunciamiento que divida aún más a la población será reprobable. Permea entre los grupos políticos que perdieron en la pasada contienda un sentimiento de venganza y una postura de segregar a todos aquellos que no comulgaron con la propuesta de sus candidatos, lo que sin duda debe ser desterrado del pensamiento de quienes aspiren a ocupar un espacio de la función pública vía el voto.
Queda claro que la paz no sólo significa ausencia de guerra, sino que implica tener un entorno libre de toda forma de violencia, las constantes violaciones a los derechos humanos y a la libertad individual, son la amenaza más común para la paz y el bienestar de una sociedad.
Estamos a la mitad de este 2024, un año tan complejo, tan difícil y que ha dejado muchas ausencias mucho dolor y una grave crisis económica que ha cundido sobre todo en las sectores más marginados de nuestro estado. Es cierto, a todos nos ha golpeado, pero la crisis de inseguridad ha dejado casi en la lona a muchas familias de todos los estratos sociales. Por eso, insistimos que tras las campañas y la elección, las relaciones políticas y sociales deben versar sobre la reconciliación, sobre los valores y sobre la muestra clara de proyectos realistas, no politiqueros. El estado y sus habitantes anhelamos un cambio total; que se dejen de lado las confrontas y que se sumen las manos para construir una nueva realidad para todas y todos, Morelos vale la pena.

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