¿Cuál ha sido el papel del ejército?

Filosofemas

Hay problemáticas pendientes de resolver que causan profunda indignación. Si alguna crítica merece este gobierno es la de no apresurar su resolución. El caso de Ayotzinapa es relevante y angustioso.
Porque sencillamente no podemos olvidar lo ocurrido ahí, es más, debería ser incluido en los actuales libros de Historia, así como los fraudes electorales, las estafas maestras y los grandes desvíos de recursos, las empresas fantasmas, las facturas falsas, la proliferación del narco y la extorsión. En fin, la descomunal corrupción que se insertó en todos los ámbitos del quehacer político.
Lamento que el presidente se haya cerrado a las críticas que ha recibido, críticas serias y argumentadas, no simples descalificaciones o insultos de esos que acostumbran los reaccionarios porque carecen de argumentos. Críticas de gente desinteresada y bien intencionada. 
Descalifica por ejemplo al Centro Pro y llega a responsabilizarlos por la liberación de muchos implicados en la desaparición de los estudiantes. Los reclamos del Centro Tlachinollan, de los Abogados Vidulfo Rosales y Abel Barrera son comparados a los de los grupos conservadores y se niega a reunirse con ellos. Lástima.
Ha insistido en la defensa del Ejército con respecto a su participación sospechosa de complicidad. Y la niega alegando que no hay pruebas. Se sabe por ejemplo de cientos de documentos que la SEDENA no ha entregado a las madres de los muchachos. El ejército dice que ya entregó todo cuando se ha comprobado que fue regateando esa entrega año tras año. Es decir, cada año, a partir del 2019 ya en este gobierno, iba encontrando -según- más y más documentos. 
Más todavía, los abogados del ejército demandaron a Alejandro Encinas que en un principio se encargó de este problema. Aún no se retira esa incomprensible e injustificada demanda.
Y aún no ha sido llamado a declarar el Gral. Cienfuegos, en ese entonces comandante de la SEDENA y que se negó terminantemente a que los militares fueran interrogados. El presidente no contestó a este reclamo, es más, evadió el cuestionamiento. El Gral. Cienfuegos permanece intocado.
En más de una ocasión el presidente ha ocupado tiempo de sus Mañaneras para hablar bien del ejército nacional. Ha dicho que es una institución forjada a partir de la revolución mexicana, constituida por hombres y mujeres del pueblo que están ahí para proteger a la ciudadanía, brindarle seguridad y auxiliarle en caso de desastres naturales. Todo lo cual es cierto. El ejército ha cumplido con esas tareas, lo acabamos de comprobar en el desastre provocado por el Huracán Otis en Acapulco y Coyuca de Benítez.
Pero también, en aras de la objetividad y del análisis histórico, que tanto gusta de hacer este presidente, hay necesidad de valorar el papel del Ejército en todos estos últimos sexenios a partir del paradigmático año de 1968 aunque bien podríamos retroceder un poco. 
Preguntemos cuál ha sido el papel del ejército durante los años de la Guerra Sucia. Qué tareas desempeñó, qué objetivos cumplió obedeciendo a sus comandantes supremos. Qué tuvo que ver con respecto a los militantes distinguidos de izquierda que asumieron compromisos en la defensa del pueblo, se confrontaron directamente con el gobierno y fueron detenidos, torturados, incomunicados y desaparecidos… Cómo se supone que debemos creerle a esa institución si nunca ha reconocido la represión que ejerció continuamente contra la gente comprometida con el pueblo, estudiantes, campesinos, trabajadores…
No es argumento el hecho de alegar que ellos solamente obedecían órdenes. Es un alegato que utilizaron los nazis y los regímenes dictatoriales de nuestra adolorida Sudamérica en los años 70s en Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina… y más…    
La oposición por su parte, sorda y ausente de esta realidad, bien podría ser un actor político coherente -¡uufff!- que abonara a nuestra vida política nacional… que no se dedicara únicamente a entorpecer los programas y proyectos de gobierno o a sabotear sus iniciativas… que no buscara el beneficio de intereses ajenos a la comunidad popular… que propusiera alternativas que construyan… que no insistera en tomarle el pelo a la ciudadanía ni mucho menos a manipularla con mentiras y falsedades.
Se trata de procurar, de proponer más y mejores proyectos, más Política, menos demagogia. Han estado rechazando programas de gobierno que luego quieren utilizar a su favor como propia propaganda. O qué, preguntemos comedidamente: ¿Sólo quieren más prerrogativas y más curules? ¿Vivir en la holganza?
Tenemos que saldar esta deuda con las nuevas generaciones con el ejemplo de una lucha abierta y el compromiso político. No importan nuestros años y achaques sólo nuestras convicciones y nuestra militancia.

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