Familiares, colectivos de mujeres e integrantes de la sociedad civil protestaron ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) por el segundo aplazamiento injustificado de la audiencia en la que se definirá si la petición del feminicida César "N" de que se le reduzcan la sentencia se cumple, o si como piden los familiares se mantiene e incluso se aumenta, a la máxima, que es de 70 años de prisión, dadas las agravantes del caso.
No hay explicación de las autoridades del Tribunal en torno a por qué, por segunda ocasión consecutiva, fue suspendida la audiencia, esta vez sin nueva fecha para realizarse, de acuerdo a lo señalado por Tania Morán Mañón, hermana de Andrea, joven profesionista asesinada por su expareja, quien no soportó el rompimiento y que ella rehiciera su vida con otra persona.
Afirman confiar en la justicia y que al menos se ratifique la sentencia de 40 años que pesa sobre el feminicida, pero las suspensiones de las audiencias despiertan muchas suspicacias, por lo que no descartan posibles irregularidades y hasta actos de corrupción.
Andrea Morán Mañón tenía 23 años de edad cuando fue asesinada, el 26 de abril de 2022. Era nutrióloga egresada de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), así como maestra en un colegio particular, a unas calles de su hogar. Tania, su hermana, describe indignada que su asesino, César “N”, la acosó durante días en su casa y en su trabajo, sin poder acercarse a ella en un principio.
El feminicida recurrió incluso a vestirse de mujer y con inteligencia artificial reprodujo audios, haciéndose pasar por una vecina, para que le abrieran la puerta de su casa y perpetrar el feminicidio, pero como esto no funcionó, adoptó una medida más radical…
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El 26 de abril, cuando Andrea salía de su casa para dirigirse a su trabajo, fue sorprendida por su agresor, quien consumó el feminicidio con todas las agravantes. Eso no bastó al asesino, quien incluso se presentó al funeral de la joven.
El abogado de César “N” ha interpuesto un recurso ante las autoridades para solicitar que se le reduzca la pena, cuando tanto para la familia como para los grupos de colectivos que luchan contra el feminicidio resulta incomprensible, desde el principio, por qué los jueces solo lo sentenciaron a 30 años de prisión, cuando se presentaron todas las pruebas de premeditación y de que nada lo detendría en su obsesión de asesinar a Andrea Morán Mañón.
Durante el juicio en el que fue sentenciado César “N”, se negó a declarar, abdicó a su derecho de argumentar algo para defenderse, pero en contraste, ahora, ha pedido a su abogado que solicite al Tribunal Superior de Justicia que los jueces le rebajen la sentencia.
Los familiares de Andrea exigieron que no se aplacen más las audiencias, que se den a conocer los nombres de los jueces o magistrados responsables de valorar el caso, y que se corrija el error de solo haberlo condenado a 40 años de prisión, para que se le sentencie a la pena máxima de 70 años de prisión.