Estamos en un ambiente de campaña política electoral. Son momentos intensos de emoción hacia un candidato o candidata por muchos ciudadanos que determinan quien o cual personaje será el que se merece su voto.
Los candidatos, muchos, no todos, están haciendo su mejor esfuerzo para convencer al mayor número de electores. Caminatas, mítines, reuniones, desayunos, comidas, foros de información, reflexión, análisis, por un lado, pero los mismos candidatos realizan actividades de formación de estructuras, organización del ejército representativo que cuidará las casillas en cada mesa de recepción de votos.
La institución ciudadana de organizar las elecciones, que en lo local es el IMPEPAC y en lo federal es el INE también no han detenido su trabajo.
Las elecciones federales y locales son todo un proceso complejo que incita al movimiento físico y político de cada ciudadano responsable, a las instituciones, a los partidos políticos, a las organizaciones de la sociedad civil. Es todo un movimiento que comienza nueve meses antes de la fecha de las elecciones y se culmina con la etapa de la elección el 2 de junio. De manera ordinaria, este proceso se termina con el resultado que dará el cómputo distrital, del 5 al 8 de junio. En esa etapa arranca otra, que será las impugnaciones en los tribunales electorales, estatal o federal según sea el caso.
Pero lo anterior, nos sirve para darnos una idea de todo el movimiento y trabajo que desarrollan los ciudadanos, desde donde realicen actividades electorales. También este proceso trae consigo una derrama económica increíble de todas las etapas. Publicidad, transporte, utilitarios, alimentos, restaurantes, salones de eventos, asesoría legal profesional, todo ello derrama dinero, siendo la mayor parte de los fondos federales que se otorga como prerrogativas a los partidos políticos, pero también hay aportaciones de empresarios y particulares a los candidatos.
Desafortunadamente también existe financiamiento de origen dudoso, proveniente de las organizaciones criminales. Todo mundo lo sabe. Pero difícilmente va a existir una ruta de la procedencia de esos recursos ilícitos. Aunque las leyes en la materia lo prevén. Seguramente habrá acusaciones, señalamientos, de todos contra todos, acusándose de cometer este tipo de delitos. Pero es tan grande el proceso que también será difícil llegar a una resolución condenatoria inmediata.
Ciertamente este proceso electoral se ha caracterizado por violar las leyes, basado en la actitud presidencial, donde el presidente, toda la vida se ha dedicado a violar las leyes de palabra, hecho y omisión. Y se nota esa influencia por ejemplo con la actitud de varios personajes de partidos, candidatos o dirigentes, que se han dedicado a colocar publicidad en mobiliario urbano, a lo largo y ancho del país. Claro, eso no es de ahora. En todo el sexenio se han llevado a cabo actos de índole ilícita, no siendo motivo del presente describirlos.
En realidad, la economía se está viendo afectada por todo el proceso, de manera benéfica para la población, porque es están erogando casi 24 mil millones de pesos desde el presupuesto público, pero como ya comentamos también hay aportación de particulares, por cual, el proceso, rebasa por mucho esa cantidad.
Es por ello que, aunque poco, pero si llega parte de ese presupuesto a la población; pues a través de ser integrante de la estructura, de promotores del voto, personal dedicado a la campaña, la publicidad en algunos rubros. Aquí no se menciona la compra del voto, pero eso, es otra historia.