Los tragahumo

Mirador 21

En los últimos días, como cada año durante la temporada de estiaje, de manera obligada todos hemos volteado la mirada hacia los brigadistas encargados de combatir los incendios forestales. Decenas de hombres y también mujeres todos los días arriesgan su vida para cuidar lo que queda de nuestros recursos naturales. Y también esto ha servido para recordar que muchos de ellos, sino es que casi todos tienen muy bajas percepciones salariales y en general malas condiciones de trabajo. Sin embargo, también hay otro sector que solo recordamos cuando lamentablemente sufrimos un accidente. Hablamos de los bomberos. 
Año con año los grupos de bomberos en Morelos, sobre todo los de Cuautla y Cuernavaca llevan a cabo una colecta con el objetivo de tener recursos suficientes para reparar algunas de las unidades que tienen, pero que se mantienen prácticamente varadas, por descomposturas diversas. Si, literalmente hemos visto a los rescatistas con botes en mano, pidiendo la conmiseración de la ciudadanía, siendo que, en otras naciones del mundo, los llamados “tragafuego” no sólo reciben salarios que les permiten vivir muy bien, sino que además tienen seguros de vida y gastos médicos, que corresponden a la labor que desarrollan. en México existen 496 cuerpos que prestan el servicio, pero 318 son asociaciones civiles que surgieron de la iniciativa ciudadana o privada.
En conjunto, estos organismos cubren únicamente 20 por ciento de las demarcaciones del país (son más de dos mil en total) y, a veces, atienden los llamados de cuatro o cinco municipios, o bien, hasta a 100 kilómetros a la redonda. Como sucede con los de Cuernavaca, CIVAC, Emiliano Zapata, Cuautla y Yautepec, que muchas veces tienen que intervenir en casos suscitados en distintos puntos de la zona metropolitana y el estado en general.
DE los más de 15 mil bomberos de la República Mexicana, cuatro mil 524 son voluntarios, es decir, no perciben salario. Tres mil 970 gozan de sueldo de particulares y cinco mil 757 lo reciben de las autoridades estatales o municipales; sin embargo, en estados como Chiapas, un bombero gana sólo tres mil pesos al mes. En Morelos, la situación es similar.
Debemos decir que muchos o la gran mayoría de los cuerpos de bomberos utilizan equipo de segunda mano. Por ejemplo, de las cuatro mil 951 unidades con las que cuenta el servicio de bomberos –camiones cisterna, de bomberos, de ataque rápido, entre otros-, 80 por ciento tiene 30 años de antigüedad en promedio. Esas unidades se adquirieron en Estados Unidos, donde ya habían cumplido 20 años de servicio y para esa nación prácticamente ya son obsoletas.
Mientras tanto, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de acuerdo con estudios ha identificado que los bomberos tienen mucha actividad; cada año atienden más de 600 mil llamados de emergencia. Y hay que decirlo así que, aunque las autoridades deben reconocer a los bomberos como un servicio de auxilio y prioritario, prefieren que la comunidad asuma tal responsabilidad, pocos son los gobiernos que asumen su propia responsabilidad. En el caso de los municipios que sí los subsidian, dan prioridad al gasto en seguridad y destinan a ese fin 99 por ciento del presupuesto etiquetado para emergencias. En muchos municipios, si proporcionan parque vehicular, es porque en alguna otra área de la misma administración ya no la ocupan. Muy pocos municipios invierten en esa área de seguridad, aunque en ley estarían obligados todos los municipios de Morelos a tener un cuerpo de bomberos.
Frente a esta triste realidad, nuestros héroes siguen siendo desestimados por la sociedad y olvidados por las autoridades. Nadie se acuerda de un Bombero hasta que lo requiere; nadie piensa en ellos, hasta que se enfrenta a un accidente. Que el cuerpo de bomberos de la ciudad, sea cual sea, salga a botear a las calles, es algo que debe avergonzarnos como sociedad, pues al final de todo, no tenemos cuidado de quienes dedican su vida a cuidarnos. Hasta ahora, en lo que va de las campañas políticas no hemos escuchado a un o una sola candidata que se refiera específicamente a los bomberos. Es imprescindible que el próximo congreso local considere mejores condiciones de trabajo para los llamados tragahumo que, en realidad son héroes.

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