Los tecnócratas y los políticos

Política para mortales

Cuando estaba buscando universidad, consideré tres opciones: la UNAM, el ITAM y la Universidad Panamericana. Mi objetivo era claro, convertirme en Político, pero quería ser uno bueno, que por lo menos, tuviera alguna noción de lo que estaba haciendo. 
Por ello, me pareció muy atractivo el ITAM, que es conocida como “la universidad más difícil de Mexico”. Ver a su directora diciendo, que ahí me darían herramientas para combatir las problemáticas de México me pareció sumamente atractivo, porque después de algunos años en una preparatoria de artes, donde todos criticaban pero absolutamente nadie propone, creía que la acción basada en datos  era la mejor opción.
Terminé en la Universidad Panamericana, la razón es que no aprobé ninguno de los otros dos exámenes. Aunque la razón no me da orgullo, hoy noto que una fuerza suprema me movió hacia donde estoy parado. Cada dia mas lejano del ITAM y de aquella horrible preparatoria mía, puedo darme cuenta que todos los extremos son incorrectos. La crítica de manos caídas es un parásito de nuestra sociedad, pero la gobernanza basada en números y no en situaciones también.
Yo no puedo defender los impresentables candidatos que los partidos han lanzado por diputaciones y senadurías, porque creo que son vergonzosos. Pero tampoco creo que los partidos solo deberían postular doctores en Derecho, Ciencias Políticas y Economía, la razón es que ellos, realmente no sabrían representarnos.
Y es que depender de los aspectos técnicos para construir un gobierno puede ser atractivo y lógico en papel, pero al contrastarlo con la realidad es incoherente e insensible. El mejor ejemplo lo tenemos en el Gobierno de Peña Nieto, un hombre que se rodeó por preparados académicos que le aconsejaban desde una perspectiva técnica pero perdió cualquier noción de lo que sus gobernados querían o necesitaban. 
Es cierto, un gobierno no puede funcionar verdaderamente sin la ayuda de conocimientos técnicos de personas altamente capacitadas, pero su presencia es solo el engranaje en una máquina, la esencia de esa máquina debe encontrarse en lo político. Y con política no me refiero a esta visión pervertida que los malos gobernantes han engendrado en nuestro imaginario colectivo. Lo Político refiere a la creación de acuerdos a partir de la representación de la sociedad, lo cual no puede hacerse con números, porque tanto la sociedad como el estado, son entes apasionantemente vivos.
No se puede entender a México sin caminar, sin escucharlo o vivirlo. No se puede representar a un sector sin empatizar con su frecuencia y no puede un tecnócrata hacer un acuerdo político,  porque quien hace buena política, hace arte, porque logra resonar con su entorno, un entorno que vive intensamente.

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