Gobierne quien gobierne los derechos se defienden

Palabras compartidas

1.- No olvidar. Cuando los pueblos se organizan y luchan en defensa de sus derechos, se enfrentan a quienes se sienten los dueños del poder. En el actual proceso electoral es fundamental mantener la independencia y autonomía de la clase trabajadora y los pueblos indígenas para no quedar sujetos a las promesas de quienes una vez que llegan a ocupar cargos gubernamentales se olvidan de los compromisos establecidos. Demandas no resueltas por los gobiernos corruptos y autoritarios panistas y priistas, tampoco han sido atendidas en su magnitud por los gobiernos morenistas. En el futuro inmediato se abre un escenario de lucha mediante la construcción de un polo unitario que organice la movilización y la resistencia desde abajo. No será tan fácil debido a que no se tiene una alternativa propia de un partido que represente a la clase trabajadora y los pueblos indígenas, a los movimientos feministas o de colectivos de búsqueda de personas desaparecidas, pero existen iniciativas unitarias que tratan de articular movimientos, demandas, programas y acciones de lucha que vayan más allá de las elecciones.
2.- Los pueblos indígenas en Morelos se reunieron en Anenecuilco y emitieron un pronunciamiento para que se termine con la simulación en las candidaturas indígenas por parte de quienes no cumplen con los criterios definidos por los sistemas normativos de quienes están en el catálogo de pueblos originarios. Avanza la lucha por la autonomía y libre determinación en este aniversario de Zapata.
3.- La verdad y la justicia a la deriva. Desde la Asamblea Nacional Popular realizada en Ayotzinapa, Guerrero, se emitió un pronunciamiento que muestra la determinación de luchar: “a casi 10 años de la desaparición de los 43 estudiantes la investigación que encabeza el presidente de la república ha fracasado, porque hoy no sabemos el paradero de los 43 estudiantes, sólo existen hipótesis que distan mucho de ser verdad.”
4.- “En el actual gobierno los grandes problemas continúan irresueltos, los grupos de la delincuencia controlan amplias zonas del país mientras la violencia lacera la vida de las familias de nuestro país, principalmente los pobres, la violencia contra las mujeres se acrecienta, los derechos laborales siguen siendo precarizados en la que los patrones salen ganando, los derechos a la educación, salud y vivienda son negados.”
5.- Hay un reconocimiento claro de que mientras esto ocurre, el movimiento social sigue disperso y la fiesta electoral marca la agenda pública. Prevalecen discursos vacíos, de candidatos impuestos por una clase política disociada de los pueblos y la gente de abajo, varios de ellos de la derecha y con vínculos con grupos delictivos.
6- A la fecha es importante para las madres y padres que tenga lugar una reunión con el Presidente para hacer un balance de las investigaciones y el gobierno dé cuentas de los resultados en el caso y donde están los jóvenes. Para las madres y padres es fundamental que el gobierno diga qué se logró
esclarecer y qué está pendiente. “El caso Ayotzinapa no camina por la ruta del calendario electoral sino por la senda de la verdad y justicia, por lo tanto, no podemos esperar a que termine el proceso electoral, la reunión con el presidente tiene que ser en los plazos que el propio jefe del ejecutivo refirió.
Mientras el diálogo no tenga lugar, la lucha de las madres y padres de los 43 seguirá. Ampliaremos las protestas incorporando a otros sectores, haremos alianzas con las y los maestros, campesinos e indígenas que hoy ven sus derechos conculcados.”
7.- En éste sentido destacaron que las líneas de investigación relevantes del caso no se han impulsado por que no se cuenta con una fiscalía especial y Comisión para la Verdad y el Acceso a la justicia imparcial e independiente. Estos mecanismos especiales se han desmantelado y no existen condiciones para realizar una investigación pronta e independiente a la altura que exige el caso Ayotzinapa.
8.- Al respecto existen pruebas de que las investigaciones avanzaban, pero cuando la misma tocó al Ejército Mexicano el Presidente frenó las pesquisas, para encubrirlo. Como lo han documentado con pruebas, a la fecha existen elementos de pruebas contundentes que el Ejército Mexicano debe ser investigado por sus acciones y omisiones en la desaparición de los 43 por las siguientes razones:
El 50 batallón de infantería del Ejército Mexicano infiltró a dos soldados en la normal inscribiéndose con fachada de alumnos de esta manera informaban las actividades de los estudiantes desde antes del 26 de septiembre. Cabe destacar que uno de los 43 estudiantes desaparecidos era un soldado infiltrado.
Cuando los estudiantes arribaron a Iguala cuatro soldados dieron seguimiento a los estudiantes (dos soldados de manera directa y dos más a través del C4) siendo testigos de las agresiones que sufrieron de principio a fin.
Un testigo que declaró ante Ministerio Público y ante Juez refirió que 25 estudiantes fueron ingresados al 27 Batallón de Infantería con sede en Iguala, torturados y asesinados, posteriormente entregados al grupo delictivo Guerreros Unidos.
El Ejército Mexicano tenía intervenidos los teléfonos de los cabecillas del grupo delictivo Guerreros Unidos y a los policías municipales de Iguala, cobra relevancia la intervención telefónica en la que en horas clave de la desaparición a los jóvenes referían que 17 de ellos estaban siendo trasladados de barandilla Municipal a Loma de Coyotes.
9.- Por lo tanto, las pruebas existen y están en manos del gobierno, concretamente de la CoVAJ. Es claro que no hay voluntad política de AMLO para investigar seriamente al Ejército Mexicano, por el contrario, su narrativa de culpar a los abogados de las madres y padres de los 43 es una táctica deliberada de encubrir al Ejército Mexicano por sus crímenes cometidos contra los estudiantes de Ayotzinapa.
10.- En éstos días de abril habrán de definirse los pasos a seguir para las grandes movilizaciones que llevará a cabo la clase trabajadora rumbo al Primero de Mayo, para que éste sea parte de una verdadera jornada de lucha independiente, que recupere la memoria histórica de los mártires de Chicago, Cananea y Río Blanco.

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