La encuesta que vale

Mirador 21

Finalmente hoy inicia la última de las etapas del proceso electoral que habrá de culminar el día de las votaciones, el próximo dos de junio. 
Aunque muchos ya llevan en campaña hasta dos años, hoy 15 de abril comienza la campaña abierta para la integración de los cabildos (presidentes municipales, síndicos y regidores), y para la elección de las y los diputados locales, por mayoría relativa y por representación proporcional (plurinominales). 
Son los últimos 45 días de ver, en muchos casos, una lucha encarnizada por el hueso, en la que salvo en contadas excepciones sobresalen las propuestas reales. 
El matiz, el peor matiz en este proceso lo representa lamentablemente la violencia que se ha estado generando en el contexto del proceso. 
Se trata de un ingrediente que motiva a la abstinencia y efectivamente, la palabra fuerza de la campaña del Frente opositor: Miedo, está penetrando la conciencia y las emociones de mucha gente en nuestro país. 
Eso no tendría que pasar, pero si a la constante en el discurso con el uso del MIEDO le sumamos lo que se ve en las calles del país, pero sobre todo de Morelos, lo que se está gestando es una muy dañina mezcla que solo puede provocar una reacción negativa en el electorado. 
Para muchos será mejor decir: “que se maten entre ellos, para que salir a arriesgarnos”. Y en perjuicio de nuestra democracia que no llega a la madurez que demandan los tiempos, que siempre se queda en el intento, en las condiciones que favorece solo a un grupo de o unos grupos de poder que desde hace años, dígase lo que se diga, siguen al frente del país. 
De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), el organismo cuenta con un padrón electoral de más de 100 millones de mexicanos, de los cuales 97 millones están en listado nominal, por lo que se calcula serían entre 54 y 60 millones los qué saldrían a emitir su voto. 
En el caso de Morelos, estaremos en condiciones de votar poco más de un millón y medio de personas. Con una lista nominal de poco más de un millón 442 mil votantes, en el 2018, con elecciones concurrentes, votaron casi 922 mil morelenses, con lo que se logró una participación del 66.12 por ciento. 
Mientras que, en el 2021, con una lista nominal un poco mayor, se tuvo una participación de poco más de 783 mil morelenses, lo que representó el 52.3 por ciento, casi un 14 por ciento menos que el proceso electoral próximo anterior. 
Entendemos que en las elecciones intermedias, históricamente baja la participación ciudadana y que en las llamadas concurrentes aumenta. Sin embargo los especialistas aseguran que por mucho en esta ocasión llegaremos al 60 por ciento. 
Aunque suene trillado, debemos entender que el voto además de ser un derecho político también es un derecho humano conforme al artículo 23 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos. Nuestra carta magna lo reconoce como derecho subjetivo en el artículo 35 y asimismo, una obligación con base a lo establecido en el artículo 36. 
Gracias al derecho al voto, los ciudadanos tenemos la oportunidad de intervenir en la toma de decisiones de nuestro gobierno. De forma directa o indirecta, tenemos el derecho a votar o ser votados en cargos de elección popular. La participación de los mexicanos en las elecciones es el proceso democrático, haciendo uso de nuestros derechos y obligaciones como ciudadanos. 
Para usar correctamente este derecho, debemos ejercer un voto libre, secreto y con oportunidad de elección. Es importante que al participar en las elecciones democráticas, lo hagamos de manera informada y responsable; debemos conocer quiénes son nuestros candidatos y cuáles son sus propuestas. 
Debemos ser conscientes que de no ejercer nuestro derecho, perderíamos la oportunidad de participar en este proceso que ya mencionamos, tiene un impacto directo en la toma de decisiones de gobierno.
Es cierto, como se refiere líneas arriba, nuestra democracia aún sigue en pañales y tristemente se ha enquistado el Sistema político de partidos, causa principal por la cual todo en nuestro país, absolutamente todo, en términos de administración pública sobre todo, se define desde las cúpulas partidistas. 
Pero para que las cosas cambien debe llegar a los escaños una generación distinta, una nueva generación que se ocupe de establecer verdaderos gobiernos del pueblo y no lo mismo de siempre.
Por eso, más allá de las discrepancias y de las tantas muestras de guerra sucia y violencia que permean en el ambiente electoral actual, debemos entender que la principal encuesta que, contrastará con todas las que se pagan en tiempos de elecciones, se definirá el próximo dos de junio y esa sí, que requiere la participación de todas las personas que estamos en condiciones de votar.

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