Sobre las elecciones y cómo sobrevivirlas

Política para mortales

¡Arrancó el proceso electoral! algunos, desde el primer minuto de la media noche del día 1 de marzo, iniciaron sus campañas pomposamente, con banderas, gritos y una efusividad casi psicótica hacia algún cargo de elección popular (ojalá trabajen tanto o más como anuncian y exaltan que van a trabajar) así mismo, anunciaron a la población que después de casi dos años de “campaña que no fue campaña” se redoblarán los esfuerzos rumbo a la búsqueda de poder.
Sobre este panorama, el terrorífico saldo de candidatos asesinados -a tan solo unos días del comienzo del proceso-, es un innegable síntoma del huracán que tenemos frente a nosotros. Durante los próximos días, el poder será buscado con hambre y de manera violenta, y tomando en cuenta que para el político moderno, el poder ha dejado ser un medio y se ha convertido en un fin, por lo que se destinará a toda la caballería al camino del triunfo o la muerte.
Suena romántico, pero no lo es, porque es prudente decir que, entre su búsqueda de poder y la realidad, estamos nosotros -la población, la ciudadanía- y cuando hagamos un corte de caja posterior al dos de junio, podremos darnos cuenta que como dice el subcomandante Marcos: “…para nosotros, nada”.
Ahora, escribiendo esto, no es mi intención invitarlos al abstencionismo (aunque a veces, viendo a las candidatas, dan ganas) mi intención es invitarlos a enfrentar esta ola, juntos.
Lo primero y más importante, es entender que quien hoy parece hacer un esfuerzo extra humano por un puesto político, no lo hace desde un profundo amor a México, lo hace desde una ambición de poder. Por trágico que pueda sonar, la ambición de poder no es necesariamente algo malo, el poder puede ser un medio para lograr otras cosas; pero, lo cierto es que debemos de tomar con cautela el ilógico actuar de los candidatos que por las próximas semanas, -hasta el 29 de mayo-gritarán como desquiciados, bailarán por las calles y prometerán hasta el cansancio.
La bandera que un político usa como escudo partidista, es muchas veces (especialmente en los casos locales) solo un medio para llegar al poder, con candidatos que no representan otra cosa más que la ambición. 
Debemos también ser cuidadosos con las personas por las que militamos, no debemos permitir que un aspecto emocional (que los políticos son expertos para evocar) nos haga olvidar el pasado de nuestros candidatos y nos haga ser arquitectos de nuestra propia desgracia.
La lucha de los políticos, se llevará a cabo en los próximos 90 días; sin embargo, nuestro trabajo como ciudadanos, empieza cuando el suyo parece acabar. Debemos en algún lugar, escribir todo lo que prometa un partido, alianza y candidato. Para con la misma efusividad con la que hicieron campaña y gastaron nuestros recursos, nosotros recordarles sus promesas hasta cumplirlas.

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