El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación cumple 80 años de existencia; es una de las organizaciones más grandes y poderosas en América Latina, aglutina a los profesionales de la educación, aquellos que con esfuerzo y sacrificio han comentado las bases de generaciones de mexicanos en la ardua tarea del conocimiento.
En el caso de Morelos, el Secretario General de la sección 19 del SNTE, Joel Sánchez Vélez desarrolla actividades de tan importante fecha para los trabajadores de la educación y reconoce el profesionalismo de quienes con amor y entrega atienden a más de 400 mil niños, jóvenes y adolescentes en los diversos niveles del aprendizaje.
Sánchez Vélez viene generando un liderazgo encaminado a recuperar dignidad y cumplimiento de los derechos y obligaciones de las autoridades educativas en la entidad, tareas que fueron descuidadas por sus antecesores en la dirigencia, que antepusieron sus intereses personales a los de sus representados y abandonaron la lucha que ha caracterizado al sindicato.
Son 80 años de un sindicato que ha sufrido transformaciones constantes, ha debido sacudirse liderazgos autoritarios y evolucionado permanentemente para poder estar a la altura de las circunstancias.
Para Joel Sánchez no ha Sido nada fácil hacer valer el derecho laboral de mis agremiados, hay que ser pacientes a veces, pero actuar con fuerza y decisión en otras ocasiones, por el escaso compromiso de un Director General del IEBEM, Eliacin Salgado de la Paz, acostumbrado a los arreglos y cochupos con “lidere’ anteriores, negociaba. Beneficios mutuos a costa de los trabajadores del sector.
Si, es sin duda motivo de orgullo llegar a los 80 años, pero la dirigencia estatal desarrolla talleres y conferencias en las que se hace una revisión exhausta de los logros, pero también de los objetivos pendientes, generalmente relacionados con el incumplimiento de derechos y prestaciones escamoteadaa por individuos sin moral ni ética, que convierten la oportunidad de servir en acción inmoral para beneficiarse económicamente.
Sánchez Vélez está casi obligado a reivindicar el honor del sindicato ante el permanente atropello de las autoridades y a veces, como decíamos ha debido dar un manotazo en la mesa para hacerse respetar, pero sabe que tampoco puede apostarle a la ruptura, por eso insistimos, estar en esa silla no es nada cómodo si se desea recuperar la dignidad del magisterio.